(Video) Dan último adios a Azarel Galán, son ya 9 muertos por enfrentamiento en Nochixtlán

image_40-960x500

Familiares, amigos y maestros de la sección 22 de la CNTE dieron el último adiós a Azarel Galán Mendoza.

El saldo muertos por el enfrentamiento entre policías federales y estatales contra integrantes y simpatizantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Nochixtlán, Oaxaca, subió a nueve, luego de que los restos de Azarel Galán Mendoza fueron enterrados la tarde de este martes 21 de junio.

Javier Alejandro Galán Ruiz, padre de Azarel Galán, rechazó que su hijo haya participado en las protestas del domingo pasado y explicó que el joven de 18 años vivía y trabajaba en un taller mecánico de transmisiones, localizado cerca de la zona donde ocurrieron los enfrentamientos.

“Sus compañeros de trabajo me comentaron que estaban viendo el alboroto y todos dicen que fue una bala perdida la que le quito la vida”, indicó el padre.

En su reporte más reciente, dado a conocer la noche del lunes 20 de junio, autoridades federales y de Oaxaca señalaron que el enfrentamiento en Nochixtlán dejó un saldo de ocho personas muertas.

Profesores de la sección 22 casi fueron echados al asistir a sepelio.

A los varios cientos de profesores de la 22 que llegaron al sepelio de Jovan Azael Galván Mendoza, nadie los quería ver en ese evento: ni los amigos, ni los familiares, ni los vecinos… Nadie.

Pero ahí estaban con el rostro contrito y casi a punto de gritar sus consignas.

Es más, los primeros, jóvenes de entre 16 y 21 años de edad, fueron más frescos y sin guardar las formas pues “estos maestros no nos merecen el menor respeto”, tomaron sus dibujos a colores de muñecos infantiles que habían colocado en el ataúd blanco, puesto en la calle, los enrollaron y se fueron.

“¿Por qué se van?” Les alcanzó y preguntó el reportero. Uno de ellos el más chico, volteo y respondió indignado, “¡no queremos a los maestros que están aquí con nuestro amigo…”.

Algunos aludidos, alcanzaron a voltear el rostro. Una de las amigas de Jovan, dijo espontanea “ellos lo mataron…”.

No se refería a la bala que le atravesó, alrededor de las 8 de la noche del domingo pasado, abajo de una tetilla, tocó el corazón y llegó al pulmón, no, sino al “desmadre” que ocasionaron mentores y policías ese infausto domingo.

El segundo desaire a los profes de la 22 que llegaron con el rostro contrito, con las consignas que les quedaron apretadas en los labios, cajas de víveres y sus dineros que por delegaciones magisteriales, juntaron para los deudos, vino de un vocero de la familia.

Éste, al terminar una oración cristiana en la calle les agradeció de manera pública su presencia, pero les pidió que se retiraran. Fino, argumento que los padres, Alejandro y Guadalupe Rosalía, querían un sepelio, entre los suyos.

Y por si no estaba claro, remato “gracias por venir: se pueden retirar”.

Pero no fueron los únicos. Una vecina del 108 de la calle Manuel Ávila Camacho, dijo “¡Qué bueno, ya parecía mitin!”.

Poco a poco los maestros se retiraron, se largaron de la colonia Guadalupe Victoria, situada en una zona pobre de la capital oaxaqueña.