Muere el torero Rodolfo Rodríguez, conocido como el Pana

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Había salido de una complicada cirugía en estado tetrapléjico, tras una violenta cornada. Murió por un infarto fulminante.

El torero Rodolfo Rodríguez , conocido como el Pana, murió este jueves 2 de junio tras sufrir un infarto fulminante, de acuerdo con un reporte de la agencia de noticias AFP.

Era considerado uno de los últimos románticos de la tauromaquia. Había salido de una complicada cirugía en estado tetrapléjico, tras una violenta cornada sufrida en una plaza del norte de México.

“El Pana” falleció a las 18:45 horas en un hospital de Guadalajara, Jalisco, “de un paro cardíaco fulminante”, dijo a la AFP Luis Quintero, de la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, en base a información que dio a la asociación el doctor Francisco Preciado.

El longevo matador de 64 años, que a veces toreaba con un puro en la boca, sufrió la fractura de tres vertebras a altura del cuello tras el violento golpe que le propinó su segundo toro de la tarde del domingo, que lo levantó por el aire para luego caer de cabeza sobre el ruedo.

El Pana conoció tarde el toreo, cuando tenía 28 años, una pasión que abrazó con fuerza convirtiéndolo en su primera época en una figura sobresaliente aunque después fue quedando rezagada por sus provocativas declaraciones fuera de la plaza.

“Criticaba a las grandes figuras del momento y le gustaba decir que él no alternaba con cualquiera”, aunque se tratara de toreros importantes, recuerda Mares.

Entre las extravagancias que lo caracterizaban está el brindis que ofreció en 2007 en su última aparición en la monumental Plaza México de la capital dirigido a las mujeres que se dedican a la prostitución, cuando destacó la protección y el abrigo que le dieron en sus momentos de mayor soledad.

Este matador, que también dedicó sus corridas a los toreros que nunca llegaron a la plaza grande, es considerado por los especialistas el “último romántico” de los toreros mexicanos.

Este matador, que también dedicó sus corridas a los toreros que nunca llegaron a la plaza grande, es considerado por los especialistas el “último romántico” de los toreros mexicanos.