En Opinión: «Carlos Hank González» por Sócrates Campos Lemus

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¡QUE CONSTE,… SON REFLEXIONES!
POR SÓCRATES A. CAMPOS LEMUS.
“POLÍTICO POBRE, ES POBRE POLÍICO” Carlos Hank González a 15 años de su muerte un día 11 de agosto.
         Uno de los más fieles servidores del “Grupo Atlacomulco” mostró que además de mantenerse unido en la política en torno a un gobernador para que no se les arrebatara el poder, mostró, también, la moderna forma de sostener el poder: con un gran poder económico.
         Suave y sereno en su trato, conocedor del alma humana, atento, solidario con sus amigos, dadivoso incluso con sus enemigos, visionario, logró desde el magisterio escalar el poder político y forjar el poder económico no solamente para su familia, sino también para su grupo que hoy mantiene en el poder a Enrique Peña Nieto. Sin duda, sus dones y pasiones le dieron la posibilidad de estar siempre atento a lo que los demás necesitaban, ese era una de sus más fuertes virtudes, por ejemplo, recuerdo que en alguna ocasión cuando era Jefe del Gobierno de la capital, se iniciaban los “ejes viales”, en mis columna le escribía que eran los “ejes triviales” ya que no resolverían los problemas del tránsito de la capital y  en cambio generaban muchas obras a un destacado grupo de contratistas, donde, decían algunos, que él era o dueño o socio de las constructoras.
Pues bien, un día, me llamaba por teléfono uno de sus ayudantes y me invitaba a que escuchara al profesor sobre algunos conceptos que quería aclarar en torno a mis colaboraciones en la Revista Impacto. Consulté con Don Mario Sojo Acosta sobre el tema, sobre todo para que no se fuera a pensar que atendía la invitación tal como la hacían muchos otros periodistas, por los “sobres” que se decía circulaban desde su oficina de prensa y relaciones públicas. Don Mario se rio y me dijo que él sabía antes que nadie, cómo algunos políticos “premiaban a sus colaboradores” con eso que se llama “chayote”: porque es sabroso, pero espina mucho; así que llegué a la cita y me condujo el profesor Blanco a una de las salitas donde estaban dos sillas y una angosta mesa de trabajo, a los pocos minutos llegaba el profesor son su ancha sonrisa y tendiéndome la mano y tuteándome me dijo: “Sócrates, es un gusto conocer a un amigo de mi respetado y admirado amigo, el Dr. Gustavo Baz Prada, nos sentamos y con una mirada firme me comentó que el proyecto de los “Ejes Viales” era el resultado de una serie de estudios de vialidad y movilidad y que nada tenía que ver con caprichos o negocios de las constructoras, eran necesarios, a pesar de que en algunas zonas, los vecinos, se opusieron a que se construyeran porque destruían la paz y la tranquilidad de las mismas zonas, y soltando una carcajada me dijo que era un buen tema lo que yo sostenía que en vez de ser ejes viales, serían “ejes triviales”, alegando que si no se continuaba este tipo de acciones en la ciudad, la ciudad se colapsaría con el aumento de vehículos y gentes”, tal como al paso de los años se comprobó, al salir de ahí sentí que había platicado con una gente muy normal, sin las pretensiones y pomposidades de los políticos, incluyendo a los actuales, sencillo y directo, no solicitó que cambiara mi forma de pensar ni de escribir, simplemente, me explicó sus razones.
AL PASO DE LOS AÑOS, ESTANDO ÉL COMO Secretario de Turismo, su entonces subjefe de prensa era un pillo, uno de esos ejemplares que existen en las oficinas de comunicación que se les llama “pica ojos” o que pretenden cobrar por los trámites de facturación que se presentaban en los medios y hacía cosas brutales, incluso, robándose las facturas. Muchos sabíamos de sus andanzas y de su corrupción, así que nos dedicamos a atacarle en forma directa, criticando al profesor por mantener en el poder a tal pillo; por medio de uno de sus funcionarios que era amigo personal, me solicitó que fuera a verle, y al entrar y saludarle me encontré al mismo político sencillo y atento, me preguntó sobre el conflicto y al platicarle, me dio la razón, explicando que él no veía, por desgracia, los nombramientos a tal nivel, y que eso era responsabilidad de su jefe de prensa y me explicó: “Usted podrá entender que yo no puedo correr a una gente solamente porque es atacado, con razón o sin ella, por algunos colegas suyos.
      Si lo permitiera, permítame decirle que, a los pocos días, el atacado, con razón o sin ella, sería yo. Así que piense la mejor forma de poderlo hacer y que nos beneficie a los dos”. Saliendo comenté con algunos compañeros de la prensa, y convenimos en que no atacaríamos a este pillo, sino que lo mostraríamos como uno de los “genios que asesoraban” al profesor en sus tareas, y que sin él, seguramente, este, no sería lo que es”… a los pocos días supimos que era separado de su cargo ya que nadie le había autorizado de promocionarse como uno de los “genios que asesoraban” al profesor Hank.
Siempre cuidadoso con sus amigos, mostró su calidad en los tiempos en que don José López Portillo, tuvo que sortear serias dificultades económicas debido a su separación familiar y casamiento con la señora Montenegro, de tal suerte que, don Carlos Hank González, le brindó su apoyo económico y moral en los tiempos en que el ex presidente era rechazado, incluso, por los miembros de su familia y ya no digamos de su equipo de colaboradores, muchos de los cuales estaban, gracias a su puesto y presupuesto, inmensamente ricos… así que es ahí cuando una vez más comprobaba que: en la cárcel, en la enfermedad y en la desgracia, se conocen a los amigos, y sin duda, puedo decir que Don Carlos Hank, sabía ser un buen amigo… descanse en paz.