En Opinión: «Cuestión de Estado» por Sócrates Campos Lemus

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¡QUE CONSTE,… SON REFLEXIONES!
POR SÓCRATES A. CAMPOS LEMUS.
“PARECIERA QUE LOS “CAUDILLOS” CONTEMPORÁNEOS SON DE NÓMINA Y NO DE PODER. QUE SON DE PAGA Y NO DE CORAZÓN. QUE SON DE OFICIO Y NO DE VOCACIÓN. QUE SI DEJARAN SUS EMPLEOS OFICIALES Y SALIERAN A LA ESQUINA DE LA CALLE PARA GRITARLE AL MUNDO QUE LOS SUYOS LES SIGUIERAN PARA HACER LA GUERRA, PARA HACER LA REFORMA O PARA HACER LA PATRIA, SÓLO LOS RODEARÍAN –NI SIQUIERA LOS SEGUIRÍAN- LOS CURIOSOS QUE, EN TODAS LAS URBES ATIENDEN A LOS MEROLICOS” José Elías Romero Apis.
         Decía un pensador de los que no faltan en los momentos perdidos para dar la luz del faro y evitar la tragedia que: “Después de la miseria, se puede imponer la dictadura o se puede generar la reforma”. Sin duda una de las lecciones más importantes que se ha generado en el proceso electoral del 2016 es que los grandes cambios, en ocasiones, generan tragedia o descubren miserias, y entre ellas, la peor, la miseria que genera la corrupción, el abandono de ideas, de convicciones, de compromisos y el aumento de  la ambición. Así se fueron descubriendo lo que los políticos  pretendieron ocultar por años y por medio del pago de sicarios de la pluma que ocultan la realidad pretendiendo que al ocultarla termine o se cambie, por ello, se han gastado y derrochado miles de millones de pesos en la llamada “comunicación “ social, que no tiene ni la una ni la otra, sino que al descubrirse se entiende que es el chiquero o la letrina de ideas o de ideales, de perversidades y de corruptelas de los gobernantes ya sea a nivel federal o estatal y así, sin más, de pronto, las gentes descubrieron lo que ya sabían por la experiencia: de que los gobiernos nos mentían y nos robaban, que los políticos se empeñaron en encubrir sus corruptelas y sus saqueos y que, por esa razón, no cuadraron las perspectivas y las votaciones demostraron el hartazgo y el encabronamiento generalizado de una sociedad atropella, engañada y dolida.
         La posible división que se opera hoy en el PRI y las divisiones que se ven entre los políticos y el grupo cerrado del presidente, muestran que si bien los cambios son indispensables para demostrar que no se permitirán a los corruptos ni a sus corruptelas, se dejan en la impunidad a los gobernantes que las han generado, ya sea del partido o de los otros, como en el caso de Gabino Cué y sus secuaces, su banda de pistoleros y de saqueadores en un pueblo oprimido, explotado, marginado y empobrecido por sus políticos.
          Por tal motivo, por ese hartazgo y encabronamiento de los oaxaqueños es que el PRI, con la dirigencia de Alejandro Murat, logra recuperar el poder, pero hoy en día tiene una obligación: la de mostrar que desde el principio sin dar concesiones ni aceptando imposiciones de grupos o de políticos, evitará que lleguen a su lado en el gobierno algunos de los políticos que gozan de fama de corruptos o de deformados, tendrá que mostrar una nueva cara, limpia y segura de los cambios que deberá hacer, sin concesiones ni corruptelas o imposiciones ni de grupos ni de sectores. No sé si logrará hacerlo, porque desde hoy, tiene que aceptar, por ejemplo, la imposición desde la presidencia de un pillo salido de la “iniciativa privada” encargado de robar o de invertir para los “empresarios del sur” los recursos de los fondos públicos en el llamado rescate de las zonas marginadas, es curioso que se dé, por parte del presidente, a un “empresario sin empresa”, el goce y la posibilidad de utilizar o continuar usando los fondos públicos para imponer sus negocios privados, cuando el pueblo demanda un hasta aquí de las corruptelas y de los engaños.
           Por algo decía por ahí un viejo zorro de la política que hay que hacer muchos cambios para que todo siga igual y esto es lo que parece imponer en una crisis el presidente, en vez de eliminar de base y de golpe a los corruptos que han empañado su gestión. Porque no podrá negar que a pesar de todo lo que digan los empresarios, son los cómplices con los políticos en las transas y las corruptelas que desde el poder se siguen haciendo en contra de los intereses de los más. Parece que no se ha entendido que la gran lección del proceso ha sido el mostrar el hartazgo y encabronamiento de las mayorías en los despojos, transas, corruptelas y negocios que se hacen con los fondos públicos en los negocios privados de los empresarios y de sus socios los políticos, y de no cambiar, con seguridad, el presidente, podrá decir que contribuye a enterrar a su partido si es que antes no hay una gran crisis que muestre la división y las distintas visiones en el ejercicio del poder.
         Los grupos de la oposición han entendido que al mostrar el lado corrupto del sistema que inclusive les incluye a ellos, se limpian la cara y dan un vuelco a la visión de las gentes, y por eso insisten en las consignaciones de los exgobernadores corruptos a pesar de que, por ejemplo, en Veracruz, eligieron a uno que tiene la corrupción en sus venas y la ambición en sus intereses. Pero ellos hacen esos cambios, en cambio, el presidente, insiste en imponer a sus grupos ligado a la hamponería y de sostener a los hampones en el poder y no cambiar nada para que todo siga igual… y, de mal en peor.