En Opinión: «Crímenes de Estado» por Sócrates Campos Lemus

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¡QUE CONSTE,… SON REFLEXIONES!
POR SÓCRATES A. CAMPOS LEMUS.
“EL TIEMPO ES LA MADRE DE LA VERDAD O SU ENTERRADOR FINAL”
         Son muchas las especulaciones que se generan cuando las tragedias sacuden a los altos mandos de la política en cualquier país. Si este es uno de los más poderosos, sin duda, se sacude violentamente, pero también se busca eliminar y apagar los fuegos de inmediato. No se deja crecer ni la especulación ni sacar la verdad a flote ya que no se podrá digerir, sobre todo, porque los intereses que se mueven en los crímenes de estado son tan grandes que demostrarían quiénes, en verdad, son los que manipulan el poder, no desde las sombras, sino desde los bancos, las empresas, los cuerpos de seguridad, los grupos religiosos o los grupos mafiosos. Así se descubrían los caminos del asesinato de John F. Kennedy… y bueno, así como al paso del tiempo surgen las verdades, también, al paso del tiempo, tal vez, seguramente tal vez, conoceremos las verdades de los asesinatos de muchos personajes en México, sobre todo el de Luis Donaldo Colosio, el del Cardenal Posadas y el de otros muchos personajes ligados al poder o representantes de los grupos del poder en este país, incluyendo a los grandes jefes de la mafia y los secuestros ligados a los representantes de ellos en los bancos y en la especulación financiera que hoy son los magnates más ricos de México.
         El director de cine Oliver Stone, quién dirigió las películas sobre este crimen de estado, develará en un libro que aparecerá el día 13 de septiembre: “The Oliver Stone Experience”, que uno de los agentes del gobierno de los Estados Unidos que trabajaba dentro “de la guardia presidencial –el más cercano círculo de guardaespaldas que tiene el presidente de EEUU,- le confesó que “alguien de su propio equipo había disparado contra el presidente”. “FUE UN TRABAJO INTERNO”… “El disparo mortal que acabó con la vida del hombre más poderoso del mundo fue realizado por un francotirador que estaba protegiendo el perímetro del paseo presidencial”.
         En aquellos tiempos de convulsión política y de profundos cambios en la conciencia social de parte de los jóvenes que luchaban por cambios, contra la guerra y por la ampliación de los criterios sociales y políticos de la élite en el poder, se peleaba en contra de la política y la economía de guerra  en la realidad imperialista marcada por los poderosos intereses norteamericanos, y JFK estaba de acuerdo en los cambios, incluyendo la lucha por la igualdad racial y el freno a las corporaciones internacionales y el fin de la guerra fría. Así que de ahí viene su asesinato y la apertura en este terreno a la participación real y directa en el proceso de lavado de dinero de las enormes ganancias que dejaba el narcotráfico y la posibilidad de parte de la élite del poder de utilizar enormes recursos en la utilización de proyectos de guerra en otros países sin ser detectados por los propios norteamericanos ya que eran parte de las operaciones clandestinas como en el asunto Irán- Contras o en la siembra protegida y programada de El Búfalo y otros procesos de tráfico de drogas que son los que siguen operando en el mundo, de tal suerte que se integra la verdadera relación entre políticos, militares, policías, empresarios, funcionarios y banqueros para que, esos fondos, que en la actualidad llegan a más de 300 mil millones de dólares, se reciclen en el flujo financiero de las economías y se puedan controlar para operar los altibajos financieros en cualquier país, con el objetivo de controlarles y sostenerles en el poder. Ese es el verdadero camino que lleva a los asesinatos y a la nueva realidad en el equilibrio de los grupos de poder económico y político que controla el equilibrio mundial.
         En el asunto del asesinato del Cardenal, Juan Jesús Posadas Ocampo y de Luis Donaldo Colosio, juegan un papel determinante los grupos paramilitares de los sicarios controlados en los grupos del narcotráfico que tenían un serio control y dependencia con los grupos de seguridad en la Dirección Federal de Seguridad, con ligas en la CIA o de la Policía Judicial Federal con relaciones y dependencia de la DEA. De ahí, el poder que se genera en los espacios políticos, paramilitares, de policías, en el sistema financiero y en el empresarial. De ser un negocio de “rancheros”, se incorporan los nuevos métodos de la operación financiera controlados por los banqueros, especuladores financieros y empresarios ligados a los grupos de poder político y los funcionarios de la operación administrativa en el país. Así, también, si bien hay un descontrol entre los equilibrios de los grupos y hay confrontaciones, en verdad se utiliza esa violencia para encubrir el terror y el horror que se genera en la población civil, de tal suerte que los mismos sicarios de los grupos delictivos son utilizados por vez primera como los ejecutores finales de la eliminación de los grupos de la oposición o de los personajes incómodos, incluyendo, por ejemplo, a los grupos que operaron en el proceso de elección, donde se le arrebata el poder a Cuauhtémoc Cárdenas, al eliminar a varios de sus operadores políticos, tal como lo denunciaba, en su momento, uno de los más importantes jefes de las policías, cuando este era amenazado por el mismo poder de dejarle al descubierto y llevarlo ante los tribunales. Por eso mismo, se encubre el asesinato del cardenal Posadas Ocampo en un enfrentamiento entre grupos delictivos y se ocultan los nexos de muchos participantes en el asesinato de Luis Donaldo Colosio o de Ruíz Massieu y otros muchos más, o en el ocultamiento de los secuestros más importantes de aquella época, como el de Alfredo Harp y otros… en fin, el tiempo, esperemos, pueda aclarar los asuntos, y ojalá sirva para algo, cuando menos, para no repetir las historias…aunque no se les puedan cortar las garras.