Obispos sabían de sacerdote pederasta; lo cambiaron de parroquia y enviaron a terapia: abogado

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El martes comparecieron dos obispos de la Iglesia católica por el caso de violación promovido por Jesús Romero Colin contra el padre Carlos López Valdés.

El abogado Luis Ángel Salas explicó que el martes acudieron a declarar ante un juez los obispos Jonás Guerrero Corona y Marcelino Hernández Rodríguez, pues se investiga si “hay o no responsabilidad de integrantes de la Iglesia, de encubrir, de ocultar información o conductas” en el caso del sacerdote pederasta Carlos López Valdés.

En entrevista para Aristegui Noticias, aseguró que de acuerdo con pruebas documentales, ambos “tenían conocimiento de los abusos del sacerdote”, quien actualmente se encuentra preso, acusado de abusar a un niño. Pero advirtió: “sabemos que el de Jesús no es el único caso”.

Refirió una prueba contundente: “ofrecimos un disco de 800 fotografías donde aparece Carlos López Valdés teniendo relaciones explícitamente con Jesús Romero Colín pero también con otros niños. Ese disco fue dañado en manos de la Procuraduría (de la Ciudad de México) y el juez lo deshechó como prueba, no lo podemos utilizar como un elemento probatorio”.

A la Procuraduría de Justicia capitalina la acusó de perder evidencia así como ocultar información en este caso.

Salas manifestó su sorpresa por la movilización de la Iglesia el martes en el juzgado, hasta donde incluso llegó el presidente del Colegio de Abogados Católicos, Armando Martínez.

“No entendemos esta situación… los testigos no necesitan abogados, sin embargo llegaron un séquito de abogados para rendir su testimonio… se evidencia la manera como opera y se comporta la iglesia”, criticó.

Recordó que la denuncia se interpuso en agosto de 2007, aunque “los abusos se dieron en el año de 1994 hasta el año de 1999”. Aseveró que Jesús Romero Colín -la víctima- fue abusado sexualmente “inumerables veces… en la iglesia de San Agustín de las Cuevas, en Tlalpan”.

Tras interponer su denuncia -a los 24 años-, Jesús “inicia un viacrucis en la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México”, pues “durante 9 años trató de prescibir los delitos, trató de no ejercer acción penal, ocultaba información, no realizaba las diligencias pertinentes”, señaló.

Fue hasta 2015 cuando la Comisión de Derechos Humanos de la capital emitió una recomendación en la que documenta “violación al derecho humano de la justicia”, la cual fue aceptada por la Procuraduría.

Cuando al fin actuó la dependencia, el sacerdote fue detenido, “se encuentra desde hace dos meses en el Reclusorio Oriente”.

“Ellos (los obispos testigos) sí tuvieron conocimiento, eso se lo hicimos saber al juez… el juez determina que es procedente que ellos rindan su testimonio”, precisó.

El abogado confía en que el juez “imponga un castigo ejemplar”.

“Lo más importante es que realmente se pueda realizar una investigación mucho más amplia…porque hay un patrón sistemático: cuando la mamá denuncia a Guerrero los abusos, lo que hace Jonás es cambiarlo de parroquia. Esto es un patrón sistemático de la Iglesia, no solamente en México sino en el mundo… abrirle procesos canónicos que en lo único que resultan es en llevarlos a terapia”, detalló.

Precisó que el martes “no es que ellos quisieron aportar elementos ni que estén cooperando, ellos fueron llamados por el juez”.

Lo que falta ahora es terminar de desahogar testimoniales, como por ejemplo que amplíen su declaración los familiares de la víctima, “estamos en la etapa de desahogo de las pruebas”, dijo Salas.