En Opinión: «Niños sicarios y narco satánicos» por Sócrates Campos Lemus

¡QUE CONSTE,…SON REFLEXIONES!

Pues la neta que es terrible, horrible, escalofriante, da nauseas, vomitas, mientras madres, no encuentras explicación cuando conoces las historias de los niños sicarios, de los que han caído en la drogadicción, en los que perdieron la esperanza y la vida de poco a poco, llenos de odio y de resentimiento, sin saber por qué llegaron a este mundo y nadie se explica la razón por la que ni siquiera conocen o creen en Dios y si se van por lo endiablado, por los narco satánicos por los que les hacen creer que beber sangre o comer el corazón de sus víctimas les hacen ser invisibles y no les entran las balas, se les va la vida poco a poco, pero también los sentimientos y a veces me pregunto si no tienen razón cuando han sido desamparados por sus familias y el sistema apoya a que esto no sea una realidad, terrible realidad, donde los niños, en vez de jugar y divertirse se drogan y salen como chamucos para asesinar por cualquier varo, total, ni quién los busque ni quien sienta que llegan de pronto unos escuincles y le sorrajan un balazo, nadie se lo espera, pero es la realidad…y pues, las razones, es que los jefes no tiene empleo o andan divorciados o son hijos de madre soltera dedicada a la prostitución y llegan otros viejos y les pegan o los violan y les hacen la vida de cuadritos y la señora los deja porque está borracha o vive en la droga y le importa madres la vida, porque así es la realidad, su realidad, donde la vida no se siente ni para vivirla ni para morirla o terminarla o ser violada o cercenada o muerta de un tiro o un navajazo o por deber la droga o por no querer jalar con un viejo que la coja… y ahí están esos niños sicarios, en la droga y en la sangre, con babosadas, y todo les creen a los que les dan las fuscas y les hablan bonito y les dan dinero para eliminar a cualquiera y ¿cómo van a respetar la vida si a ellos se los cogieron o los violaron o los enviaron a la droga y la vagancia y a la calle?, si nadie los pela, si ni un apapacho o un beso o un abrazo y la soledad y el frío de la calle y el hambre y el llanto y se van forjando y formando en la soledad y el crimen y se sienten machos y hombres y valientes y gozan por un momento comiendo corazones o abriendo y destazando cuerpos sin ningún sentido ni sentimiento…bebiendo sangre y sintiendo que el diablo les entra en el cuerpo, los niños de Satán, dicen las viejas mochas, y no entendiendo que todos son nuestra responsabilidad, que somos cómplices de ese horror y terror por permitirles a los políticos y los empresarios y banqueros especular con las drogas y usar a sus sicarios para controlar las iras del pueblo, esa es la realidad, esas son las chingaderas…

Y pues, la neta es que han nacido sin quererlos, sin amor, les dejaron solos y en las calles, ahí aprendieron que solamente la violencia a esa edad les da respeto y sobrevivencia pero no les quita el hambre ni la soledad y ahí comienzan a ser asaltantes con una navaja o un fierro o un palo y ahí exigen lo que dicen es suyo porque al final de cuentas, ellos saben que todo es de todos y a ellos los trampearon en la vida y les dieron, en vez de letras y conocimientos, drogas para estar ahí en esa soledad con otros que apestaban y se cagan en los pantalones y, sucios, daban miedo a los demás, y cuando se acercaban a los grandes pues los drogaban y los violaban y qué se yo, les fueron metiendo el diablo en el cuerpo y en el alma, y los viejos de los calles les dan droga y dinero y las pistolas y las órdenes y ya saben que lo hacen o se mueren, y hay que hacerlo, así, ellos, toman a los “enemigos de los otros” y los torturan y los destazan de poco a poco, les vale madre los gritos y las amenazas, ya no sienten nada, les da como un escalofrío y ganas de llorar y de matar, se les seca la boca y beben sangre y huelen a miados y a caca de los que están ahí amarrados y torturados para que digan y confiesen en donde están los otros enemigos o dónde cobrarán los rescates y ,si son viejas, las violan, total, para eso son, dicen ellos, para cogerlas y torturarlas, para drogarlas y para que vean que pueden parir otros como ellos, diabólicos y narco satánicos, y ahí andan en las calles esos niños sicarios, esos niños drogos, esos niños violados, abandonados, solitarios, mugrosos de la piel y del alma… y nos asombramos y reclamamos a los políticos y los policías y a los sicarios y narcotraficantes, pero no reclamamos por cambiar la realidad que nos hace así, insensibles y matones, violadores, drogadictos, preferimos llorar y gritar sin protestar ni reclamar, les tenemos tanto miedo a los políticos y a los policías y a los narcos que nos quedamos callados y somos cómplices por miedo, por culeros, y no queremos ver la realidad, y sin verla, no la podremos cambiar… y ahí siguen los niños y las niñas sicarios, matando y torturando, comiendo corazones de sus víctimas que son las de todos nosotros y bebiendo su sangre como un ritual satánico porque esos niños, desde el vientre, han sido no deseados y lo saben, lo han sentido y lo han sufrido, y ellos, no entienden por qué nacieron si no eran queridos… y así, en este sistema podrido viven en el infierno, en el verdadero infierno, en su soledad, en sus violaciones, en sus mugre, en sus drogas, en sus gritos, en sus navajas o pistolas ,y son los niños sicarios que un día crecerán y nadie les puede reclamar su forma de ser porque al final, nadie les tendió una mano, nadie les dio una caricia, un taco, un pantalón, un abrazo, un consejo, un respiro, un beso, los dejamos en su soledad pateando botes de la calle, recogiendo sobras en los botes, pegados al “chemo” del tinher o durmiendo la mona y ahí, perdieron la virginidad, porque los más grandes abusaron como ellos abusarán de los demás, y se dan cuenta de que la vida así no vale, y por eso se la juegan, y son sicarios y después esperan ser jefes de jefes, pos total, de ahí han salido muchos de esos y siguen haciendo rituales satánicos en todos lados, fumando base, consumiendo la tecata o la heroína o la coca o la mota y el wato y el dinero y la sangre y la soledad y el corazón mordido de la calle,,, ahí están los niños sicarios, y nosotros, en el silencio y la complicidad… que poca madre tenemos, es la verdad… por cobardes… y así siguen las masacres iguales a las del 68…los asesinatos por intereses bastardos y políticos…