En Opinión: «Intelectuales» y brigadistas en 1968 por Sócrates Campos Lemus

¡QUE CONSTE,…SON REFLEXIONES!

         Cada año, cuando se acerca el aniversario de la matanza del dos de octubre de 1968, existen muchos que se empeñan en buscar culpables entre los mismos estudiantes que hemos sido víctimas y sufrimos cárcel y exilio, pasamos dos años ocho meses en Lecumberri y nos sacaron a Uruguay y Chile para retornar al país un siete de Junio de 1971, curiosamente, donde muchos tuvieron la “oportunidad de asistir a la marcha que fuera reprimida por el grupo de halcones y, muchas veces me he preguntado si no todo este cuenterete está encaminado a ocultar a los verdaderos asesinos y responsables de la matanza y de la represión durante y al inicio del movimiento estudiantil. En México, el movimiento no se inicia como un movimiento generado por la conciencia política e ideológica, sino como una respuesta a la provocación del mismo gobierno utilizando al cuerpo de granaderos en la represión inicial que era manipulado por el general y licenciado Corona del Rosal y, todos sabemos que en México de esa época y en la actualidad, ningún funcionario se atrevía a realizar nada en la represión o no, si no era con el visto bueno y aprobación del presidente.

Así, cuando se generaliza la experiencia de los COMITÉS DE LUCHA que eran la respuesta estudiantil para derrocar a los grupos operados y manipulados por el gobierno como en el caso de la FNTE o la FEU, se derrota esa forma de control porque los comités de lucha eran la manifestación de la voluntad de la mayoría de los estudiantes por escuela, donde se rompieron los liderazgos para sustituirlos por la representación que estaba obligada a dar consulta a la asamblea general, informar de sus actividades y establecer las políticas ordenas en la asamblea y podían ser ratificados o  cambiados por los acuerdos de la asamblea, este modelo de organización y de operación le daba al movimiento esa fuerza y movilidad que, ahora, se busca eliminar cuando los “dirigentes” hablan o hablamos de pendejadas y no de lo que en verdad podría ser la experiencia de un gran movimiento democrático que no tenía definición ideológica de ningún tipo porque estaba regido y acotado en un pliego petitorio de Seis Puntos y así se forma, también, el Consejo Nacional de Huelga con este mismo esquema y con la representación de las asambleas y, los representantes, son nombrados por las mismas y tienen que obedecer sus dictados a eran sustituidos, además, cada Comité de Lucha tenía plena independencia de operación y de organización, por ello, cuando hablan los “dirigentes” que se quieren apropiar del movimiento, pretenden ocultar esa forma de organización porque era la base real de la fuerza del movimiento con sus brigadas; el BRIGADISMO ERA LA MEJOR FORMA DE OPERACIÓN DE LOS JÓVENES EN LA LIGA CON EL MOVIMIENTO POPULAR, por ellos se sostenía el movimiento a pesar de que tomaban escuelas o reprimían o perseguían a los representantes y no paraban, porque ese es el verdadero motor independiente de un enorme movimiento de protesta que amalgamaba al mismo en base a un pliego petitorio de seis puntos y donde no se daba cabida a los partidos ni grupos políticos, solamente hablaban y votaban los representantes como escuela y no como manifestación ideológica y hoy nadie quiere hablar de esa naciente organización popular que sostuvo los ideales, dicen hoy, de la “demanda democrática” para la transformación del país, pero la verdad es que esa experiencia del brigadista dejó una profunda raíz en la transformación política.

Y tal como explica nuestro estimado amigo y admirado compañero Ángel Verdugo, los brigadistas fueron el gran motor del movimiento estudiantil y no sus “líderes” que solamente eran representantes de cada escuela y que, en muchos casos, cuando los brigadistas operaban, ellos, estaban durmiendo bajo el pretexto de las muchas horas de discusiones “teóricas” o necias en el CNH, donde, unos actuaban y otros pretendían ser los “intelectuales” que no hacían nada más que “pensar” o andar en las negociaciones en lo oscurito y, la verdad, que a nosotros jamás nos han gustado esas reuniones en lo oscurito, porque en ellas, no solamente les agarran las nalgas sino que les convencen de venderlas. Sí, como dice Ángel Verdugo, existieron muchos conflictos y no tuvimos la visión de ver cómo se acercaba la represión brutal de los criminales en el gobierno, es cierto, no teníamos la experiencia que hoy tenemos y podemos prever muchas cosas, la juventud no piensa, busca sus sueños y actúan sin saber cuáles serán las consecuencias de sus acciones, pero sería ilógico que por la precaución de no cometer errores no se actuara, porque entonces, caeríamos en la domesticación de los jóvenes dentro de los parámetros del gobierno que no quiere protestatarios sino incondicionales callados y apendejados, Ángel, por supuesto que tiene mucha razón, hay que hablar y comentar no estar en la pendeja y para ello, deberíamos dejar a un lado los enormes egos o intereses de próximos funcionarios que hemos servido a los gobiernos represivos no como represores, sino porque no teníamos otra forma de trabajar y vendimos nuestro esfuerzo y talento no nuestra conciencia, por ello, deberíamos de sentarnos humilde y serenamente a intercambiar experiencias e información para buscar la verdad, porque lo debemos a nuestros muertos, perseguidos y encarcelados y porque es nuestra obligación, en vez de andarle buscando chiches a las culebras y distrayendo la atención sobre los verdaderos asesinos que fueron las gentes  en el poder en ese tiempo: El presidente, el jefe del estado mayor presidencial, los secretarios de gobernación y de la presidencia, el jefe del departamento del Distrito Federal y, sin duda, los agentes incrustados en el mismo poder que le servían a la CIA y al gobierno norteamericano, lo demás, son pendejadas…

Lo que es cierto es que, al final, estábamos enfrentados dos visiones: La universitaria con sus “intelectuales” y la del politécnico con sus activistas y, digan lo que digan, el movimiento llegó hasta el final gracias al esfuerzo de los brigadistas que no tenían ya ninguna dirigencia sino la voluntad y el valor de hacer para crecer…