Kvitova: “No sabía si movería los dedos, soy un milagro”

Para Petra Kvitova (Bílovec, República Checa; 29 años) hay un antes y un después del 20 de diciembre de 2016. Ese día, un hombre se coló en su apartamento y le acuchilló la mano izquierda, quedando prácticamente destrozada. Muy pocos pensaban que podría volver a jugar, pero después de una compleja intervención quirúrgica de cinco horas para reconstruir nervios y tendones, la bicampeona de Wimbledon (2011 y 2014) regresó al circuito y ahora lo saborea más que nunca. No solo volvió, sino que desde entonces ha ganado ocho trofeos y disputó la final de Australia, este año, e incluso ha acariciado el número uno del mundo. Encantadora en el cara a cara, regala un encuentro sincero y sonríe sin parar pese a la crudeza de su historia.

Pregunta. Su carrera estuvo en serio peligro a raíz del incidente que sufrió hace tres años, pero ahora está otra vez entre las mejores. ¿Considera que lo suyo es un milagro?

Respuesta. Sí. Es una especie de sueño, porque cuando ocurrió no sabía si iba a poder mover todos los dedos ni si volvería a jugar al tenis otra vez. Sin embargo, empecé de nuevo y fue una gran motivación el poder jugar los torneos, competir con las mejores. Si no pudiera competir con las mejores, probablemente ya no estaría jugando al tenis, así que sí, para mí es un milagro poder seguir jugando al más alto nivel, probablemente mejor de lo que he jugado nunca.

P. Al volver, ¿pensaba en alcanzar otra vez la cima y ganar torneos o simplemente pensaba en recuperarse y jugar?

R. Al principio era solamente el hecho de jugar, porque no sabía [es zurda, además] si iba a poder mover todos los dedos. Solo tenía muchas ganas de jugar al tenis, de competir. No sé si pensé en jugar finales otra vez, finales de grand slam, o estar otra vez en el top ten… No digo que fuera extraño, pero no pensaba que pudiera volver a estar aquí.

P. ¿Sigue teniendo problemas en la mano que afecten a su tenis?

R. Sí que hay alguno. El movimiento no es el mejor, no está al cien por cien en la parte final de los dedos, así que no puedo apretar el puño como a mí me gustaría. Hay dos dedos en los que no siento las puntas. A veces pienso que me está molestando cuando juego, que afecta a algunos de mis golpes, pero por otra parte estoy haciéndolo bien, así que no le doy demasiadas vueltas.

P. ¿El incidente le sirvió para apreciar otras cosas en la vida?

R. Creo que sí, que aprecio todo lo que pasa cada día, el hecho de que salga el sol y de que llueva, porque también me parece estupendo. Algunas veces tengo pensamientos negativos, pero luego reflexiono y me digo que podría no estar aquí, así que estoy muy agradecida por todo.

P. Superar algo así, ¿supone una gran exigencia mental?

R. Sí, desde luego. Es algo que me acompañará para siempre. A veces no me siento tranquila cuando estoy sola y hay gente, incluso tengo alguna pesadilla que otra.

P. Pero, ¿se cansa de que le pregunten por este tema?

R. No estoy cansada del tema, creo que es algo… Soy una persona bastante abierta. No pasa nada porque se me pregunte por ello. A veces, compartir esos momentos con otras personas es importante para ellos. Si me preguntan, yo trato de responder, y si no quiero hablar digo: ‘lo siento…’ [risas]. Pero es algo de lo que no tengo nada que ocultar.

P. El ladrón que la apuñaló ha sido condenado a ocho años de cárcel. ¿Eso le ayuda a superar la situación?

R. Bueno, para mí lo mejor fue que estando sola pudiera hacer lo que hice. Saber que está a buen recaudo ayuda, pero yo tengo mi vida y seguro que hay mejores formas de vivir la vida que la de él.

P. ¿Piensa en ello cuando está en la pista?

R. Alguna vez he tenido algún flashback, pero el tiempo pasa y va mejorando. Hay veces que no pienso en ello en ningún momento cuando estoy en la pista, pero otras sí me viene a la mente, aunque dura unos segundos y se va.

P. Después del episodio, decidió compartir una foto del antes y después de las heridas. ¿Por qué lo hizo?

R. Lo hice porque oí muchos rumores, y algunos decían que la lesión no era para tanto, así que quería mostrar una foto precisa del aspecto que tenía mi mano. También un poco para despejar la mente, para no tener que explicar todo el rato cómo tenía los dedos, que todo el mundo lo viera y así me evitaba tener que responder a todas las preguntas otra vez. También lo hice pensando en otras personas que estuviesen pasando por un momento difícil en su vida, con lesiones; pretendía que vieran que si querían de verdad hacer algo, había que esforzarse.

P. Habló con Monica Seles, ¿no es así?

R. Sí. Lo hice aquí, en Wimbledon, el año pasado. Se acercó para presentarse, porque no habíamos coincidido antes, y fue muy agradable. Hablamos de lo que nos había pasado a cada una. Eran historias parecidas, con sus diferencias: a ella le acuchillaron en la pista y a mí me atacaron en mi casa. Hay diferencias, sí, pero las dos volvimos al tenis después de pasarlo mal.

P. Después del incidente decidió estudiar Comunicación. A pesar de haber vuelto a las pistas, ¿se ve estudiando en el futuro?

R. Empecé porque no sabía qué iba a ocurrir con mi vida si no jugaba al tenis, así que entré en la universidad. Quería mantener la mente ocupada con otra cosa. Tenía que trabajar en mi recuperación, en mi fortaleza mental, y necesitaba ver a otra gente, no solamente a la que ya conocía. Estudiar me ayudó mucho en ese momento. No soy buena estudiante, pero lo terminé. Ya no me quedan tiempo ni energía para seguir…

P. ¿Cree que su historia puede servir de inspiración a otras personas que viven una experiencia dramática?

R. Sí, puede ser. Recibo muchos correos electrónicos y cartas en las que me hablan de sus dificultades en la vida. Al principio no pensé que fuera algo tan poderoso. Al mismo tiempo es todo muy extraño, porque el asalto no era algo que yo quisiese que ocurriera. No le deseo a nadie que pase por algo así, pero me alegro de que mi caso pueda servir de inspiración para alguien.