Tess, el robot que ayuda a los niños obesos a perder peso

El mapa de la obesidad infantil en el mundo es cada vez más alarmante. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es «uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI».

Tal es la situación que incluso la califica de «epidemia». Pero parece que no todo está perdido. Un grupo de investigadores del hospital infantil Nemours Children’s Health System han ideado Tess, un robot que se ha puesto a prueba en un programa piloto con el objetivo de ayudar a los menores con problemas de peso. Y los resultados han sido realmente buenos, ya que los menores establecieron con Tess una gran relación: hablaron con él, interactuaron y sientieron obtener el apoyo necesario en su objetivo de llevar una vida más sana.

Este particular robot está dotado de inteligencia artificial (IA), lo que le permite ejercer como un auténtico entrenador capaz de asesorar en su conducta a pacientes adolescentes en un programa de control de peso, animándoles a conseguir sus objetivos. La revista «Translational Behavioral Medicine» publica los resultados de este programa pionero que reclutó a 23 pacientes, de entre 9 y 18 años, con síntomas de obesidad para participar en el estudio piloto.

En el transcurso de 10 a 12 semanas, los participantes intercambiaron 4.123 mensajes con el robot, con quien mantuvieron 270 conversaciones. El chatbot inició la mayoría de las conversaciones (73 por ciento), brindando un total de 55 horas, 45 minutos de asistencia, con una duración promedio de conversación de 12.5 minutos. En general, los participantes indicaron que el 96 por ciento de las interacciones fueron útiles. Para que Tess haya podido interactuar con los pacientes han sido necesarios cinco años de entrenamiento psicológico.

Trabajando con especialistas en comportamiento, el equipo estudió cómo conseguir que el robot diera las indicaciones y respuestas necesarias para aconsejar a adolescentes obesos y prediabéticos en sus hábitos de salud. Pero no sólo eso. El chatbot también fue dotado de cierta empatía para conseguir esa interacción con los pacientes y animarles en sus objetivos. «El siguiente paso natural fue agregar un entrenador de comportamiento de IA para permitir interacciones más frecuentes y cortas con las que animar a los pacientes comprometidos en el camino hacia conductas de alimentación más sanas», explica Lloyd Werk, director de la clínica de Orlando. Así, Tess era capaz de animar a un joven que se comprometió a jugar al baloncesto para ser más activo o a una niña que compartió su interés en la cocina e intercambió mensajes sobre opciones de alimentos saludables. «Todo el mundo está acostumbrado a la IA, es como tener a Siri en tu iPhone, por lo que enviar mensajes de texto a un chatbot no es tan extraño.

La diferencia con Tess es que realmente puedes enviarle un mensaje sobre lo que necesitas para lograr o mejorar tus objetivos, y te está animando en ello. Y eso con Siri no lo puedes hacer», dijo Laura Hernández, de 20 años, participante en el estudio. Una atención permanente Tess ha demostrado su viabilidad y utilidad «para ayudar a los pacientes y familias a alcanzar sus objetivos de pérdida de peso», recordó Werk. Y es que, según apuntaron los investigadores, hay dos razones principales por las que los padres dejan de llevar a los niños a este tipo de programas: una, por los inconvenientes que acarrea todo este proceso largo, y, dos, el coste de tener que viajar hasta la clínica.

El chatbot tenía la intención de reducir la tasa de deserción brindando servicios a demanda las 24 horas, los 7 días de la semana, para facilitar el proceso de los participantes. De hecho, los resultados muestran que casi una de cada cinco conversaciones tuvo lugar fuera del horario habitual de oficina.

Los investigadores también observaron un beneficio extra en el hecho de que la comunicación fuera anónima. Por ejemplo, un chico adolescente que estuvo callado durante los encuentros con los profesionales cara a cara intercambió 425 mensajes con Tess. «El asesoramiento conductual intensivo se considera una parte crucial de los programas eficaces para perder peso», concluye la investigación. Y aunque las conversaciones fueron examinadas regularmente por un psicólogo, la realidad es que Tess resultó ser más eficaz, ya que el personal sanitario hubiera tenido que invertir muchas más horas en la misma tarea que realizó el chatbot, cuyo ahorro estimado calculan que es de 8.933 dólares (unos 8.000 euros).