En Opinión: ¡Salvemos a Dani del cáncer de riñón. Apoyémosle! por Alfredo Martínez de Aguilar

  • Daniel y sus padres enfrentan otro problema, tanto o más grave que su cáncer, la compañía aseguradora MetLife dejó de pagar el tratamiento médico de este pequeño guerrero.
  • Los reconocidos chefs Eugenio Santillana, Pilar Cabrera, Rodolfo Castellanos y René Saynes, ofrecieron anoche una Cena con Causa a beneficio de Daniel en el Restaurante La Toscana.

Daniel Zebadúa Palomeque es un hermoso niño de cuatro años como todos nuestros hijos de su edad. Es la razón de vivir de sus jóvenes padres, Mauricio y Tania, y de su hermano Cristóbal, de dos años; como lo son los hijos para todos los padres.

A diferencia de millones de niños de su edad en el mundo, desde hace dos años Daniel lucha valientemente con todas sus fuerzas contra un cáncer maligno del riñón con metástasis en pulmón e hígado.

El nefroblastoma es llamado tumor de Wilms y es una neoplasia maligna del riñón y el segundo tipo más frecuente de cáncer abdominal en niños, después del neuroblastoma de glándula suprarrenal.

Se presenta típicamente en la infancia en 1 de cada 200 000 a 250 000 niños, y es poco frecuente en mayores de 8 años, así como en recién nacidos.

Toma el nombre de Max Wilms (1867-1918), cirujano alemán que lo identificó por primera vez.

Según las investigaciones médicas en materia oncológica este tumor responde muy bien al tratamiento médico, citándose unas tasas de supervivencia del 90% al cabo de 5 años, lo que representa una gran esperanza para Daniel y sus padres.

Un 75 % de los casos se presentan en niños sanos, mientras un 25 % se asocian a anormalidades del desarrollo como malformaciones en el tracto urinario, ausencia del iris, aniridia, y hemihipertrofia o crecimiento desproporcionado de un lado del cuerpo.

Afortunadamente, gracias a Dios, y al esfuerzo titánico de sus padres el tratamiento de Daniel en un hospital infantil de Estados Unidos de América le ha permitido vencer el cáncer en un 50 por ciento.

Sin embargo, ahora, Daniel y sus padres enfrentan otro problema, tanto o más grave que su cáncer, la compañía aseguradora MetLife, subsidiaria de la empresa estadounidense Metropolitan Life Insurance Company, dejó de pagar el tratamiento médico de este pequeño guerrero.

Sus padres confían lograr que finalmente la compañía aseguradora MetLife acepte pagar el tratamiento médico de Daniel, pero éstos no pueden seguir pagando el elevado costo de los medicamentos.

Por tal motivo, sus padres, familiares y amigos han emprendido una campaña de fondeo para pagar su tratamiento. Cuatro chefs oaxaqueños ofrecieron anoche una Cena con Causa a beneficio de Daniel.

Los reconocidos chefs Eugenio Santillana, Pilar Cabrera, Rodolfo Castellanos y René Saynes, hicieron las delicias de los paladares de los generosos comensales que acudieron al Restaurante La Toscana.

El exquisito menú de los chefs de los restaurantes La Toscana, La Olla, Origen y Sirilo, respectivamente, estuvo compuesto de Tamal de mariscos con coloradito, garnachas de pato rostizado, lechón confitado, membrillo, trigo y col morada y piña con texturas con tepache.

A pesar de las numerosas quimioterapias que ha recibido en el Boston Children’s Hospital, y que le provocan dolorosos malestares, días después, al sobreponerse, Daniel no deja de sonreír y jugar como todo niño de su edad haciendo felices a sus padres.

Daniel, sus padres, familiares y amigos, saben que aún le falta un largo camino por recorrer, pero por su fe también están convencidos que de la mano de Dios y con la ayuda de muchas personas saldrá victorioso y logrará recuperar su salud.

Muchos padres, más de los que nos imaginamos y quisiéramos, hemos perdido a alguno de nuestros hijos de diversas edades, como en nuestro caso a Alejandro Rommel, a la edad de ocho años. Jamás dejamos de llorar a gritos.

A la luz de la fe de nuestros padres, que enseña que la energía no perece solo se transforma y que el alma es energía vital, estamos convencidos que nuestros hijos se han convertido en estrellas, cuya luz ilumina nuestras vidas.

Tener enfermo a un hijo y verlo partir a la Gloria de Dios Padre es sumamente doloroso, tan doloroso que no tiene nombre. Cuando pierdes a los padres, eres huérfano y, cuando mueren los esposos, eres viudo, pero cuando muere un hijo, no tiene nombre.

Solo la fe en el Altísimo y la esperanza que en algún tiempo y espacio nos volveremos a encontrar para volver a estar al lado de nuestros seres amados y jamás separarnos, nos sirve de consuelo para reconfortar nuestra adolorida alma.

Por ello, hacemos un vehemente llamado a la conciencia y al corazón de los oaxaqueños de buena fe a apoyar económicamente a los padres de Daniel para que puedan seguir pagando su costoso tratamiento médico.

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