Perro adiestrado por presos cuida a niño de 9 años en silla de ruedas. Lo sacó de la depresión

A veces en la vida se nos presentan imprevistos que creemos que jamás podremos sobrepasar. Nos sentamos a llorar y preguntamos el clásico ¿Por qué a mí? El destino está lleno de frustrantes incidentes, pero si los enfrentamos en compañía de nuestros seres queridos, será más fácil dar la batalla y saldremos victoriosos.

Matías era un niño de ocho años que quedó en silla de ruedas de la noche a la mañana producto de una extraña enfermedad. Para consolar su pena y ayudarlo en la rutina cotidiana, una fundación le presentó a un perrito. El tierno animal lo sacó de la tristeza en la que estaba y se convirtió en su mejor amigo.

Lorena Fernández, mamá de Matías, contó que de un momento a otros, a su hijo se le pusieron rígidas las piernas, como una «especie de pata de palo».

Un traumatólogo infantil de la ciduad de Chivilcoy, en Buenos Aires, Argentina, le diagnóstico «Perthes», una condición donde los huesos se van comiendo por dentro. Le recomendaron resguardar a Matías de todos los peligros del exterior. «Lo tienen que tener como en una cajita de cristal porque se va a empezar a fracturar todo», sugirieron. No podría volver a jugar.

El menor pasó por diversas operaciones para mejorar su calidad de vida. Cuando pensaba que no podría caminar, encontró un ángel en su camino: Tango, su perro.


Una fundación lo invitó a una demostración de canes de asistencia adiestrados por presos. Una vez terminado el espectáculo, los perritos suelen quedarse al lado de sus dueños. Sin conocerlo, Tango se quedó firme a su lado. Nunca más se separaron.


Matias adoptó a Tango para que se uniera a su familia. Para entender su comportamiento, el menor viajó junto a sus padres y el perro hacia el Servicio Penitenciario Federal de Argentina. Los reclusos le enseñaron a darle algunas órdenes. Tango lo obedece sin dudarlo dos veces.


El niño aún no puede mover sus piernas, por lo que su mejor amigo le ayuda a hacer las labores del hogar y retomar sus estudios, los cuales dejó en pausa por más de un año. Pero no todo es disciplina para este par, también se entretienen con las aventuras que hacen.


Matías estaba en una profunda depresión de la cual no encontraba salida. Tango lo rescató de la oscuridad en la que estaba y utilizó los conocimientos que aprendió de los presos para alentar a su nuevo amo. Este es un ejemplo de lo poderosos que son los animales a la hora de sanar nuestra mente.