Probable tráfico de influencias en las Afores

La nueva legislación sobre Austeridad Republicana prohíbe que un funcionario público salte a un puesto de una empresa privada del mismo sector o actividad hasta que transcurran 10 años, a fin de que no vendan sus conocimientos e influencias a su nuevo patrón. Hay casos escandalosos como los de Zedillo y Calderón. Antes de ellos, Salinas de Gortari había conseguido empleo en el consejo de Dow Jones, la editora de The Wall Street Journal, pero duró poco tiempo, prescindieron de sus servicios, lo perseguía la sombra de su hermano Raúl.

¿Y qué sucede cuando el tránsito es en sentido contrario, cuando un alto ejecutivo del sector privado se incorpora al sector público prácticamente de inmediato? ¿No puede ocurrir que use su cargo en el gobierno para favorecer a su antiguo patrón?

Es el caso de Carlos Noriega Curtis. Días después de que dejó el cargo de presidente de la Amafore (Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro) fue designado por el ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, como titular de la Unidad de Seguros y Pensiones de la Secretaría de Hacienda. En este puesto le tocará coordinar un comité que revisará temas fundamentales: edad de retiro de los trabajadores, aportaciones de gobierno, empresas y los mismos trabajadores, y un asunto central, las comisiones.