Todo lo que debes saber sobre las verrugas: ¿por qué salen? ¿cómo se curan? ¿cuántos tipos hay?

Se transmiten “por contacto directo de persona a persona e indirecto a través de la ropa o fómites. También pueden diseminarse a otras áreas del cuerpo del paciente”, explica la doctora Stephanie Patricia Barbeito Pagliuca.

Madrid, 30 de diciembre 2019.- En forma de pequeños bultos granulares ásperos que aparecen, sobre todo, en los dedos o en las manos, y con un patrón de pequeños puntos negros que son vasos sanguíneos de sangre coagulada. Las verrugas son un problema común y pueden ocasionar un grave perjuicio estético.

“Las verrugas vulgares o comunes son lesiones frecuentes en la población ocasionadas por proliferación de piel causadas por el virus del papiloma humano (VPH), explica en una entrevista con Europa Press la miembro del Grupo de Trabajo de Dermatología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la doctora Stephanie Patricia Barbeito Pagliuca.

Se transmiten “por contacto directo de persona a persona e indirecto a través de la ropa o fómites. También pueden diseminarse a otras áreas del cuerpo del paciente”, continúa la experta, que especifica que “en la mayoría de los casos, el contagio se produce mediante el contacto cutáneo casual o a través de objetos compartidos, como toallas o paños”.

Además, “la presencia de lesiones en la piel, como padrastros o rasguños, favorecen este contagio. La costumbre de morderse las uñas también puede favorecer que las verrugas se extiendan a las puntas de los dedos y alrededor de las uñas”, agrega la miembro de SEMG. No obstante, no todas las personas que entran en contacto con el virus desarrollan verrugas porque “el sistema inmunológico de cada persona responde al VPH de forma diferente”, matiza la experta. Se estima que afectan a entre el siete y el 19 por ciento de la población general.

La doctora Barbeito comenta que se distinguen cuatro tipos de verrugas: vulgar, plantar, planas y anogenitales. En cuanto a las primeras, “suelen ser del mismo color de la piel, con superficie córnea y rugosas al tacto. Se ubican, en forma aislada o en grupos, preferentemente en el dorso de las manos y de los dedos”, explica la experta de SEMG.

Por su parte, la verruga plantar se caracteriza “por lesiones dolorosas que aparecen en las plantas de los pies, con aspecto similar a las callosidades. Son senibles a la compresión vertical, pero sobre todo a la presión horizontal o pellizcamiento”, detalla la doctora Barbeito.

En referencia a las verrugas planas, la experta apunta a que “se presentan como lesiones amarillentas, ligeramente elevadas, de entre dos y cuatro milímetros de diámetro”. Estas “son blandas y suaves al tacto” y aparecen “el cara y dorso de las manos”, agrega la miembro de SEMG, que concluye con las anogenitales, cuyo “estudio y tratamiento es distinto al resto de las verrugas”.

Las verrugas comunes suelen ser inofensivas y, de hecho son asintomáticas. Excepto las plantares, “desaparecen de forma espontánea”, tranquiliza la doctora Barbeito, que sitúa como el principal problema de las verrugas la vertiente estética. “Muchos pacientes consultan sobre todo por las repercusiones estéticas que ellas implican y deciden eliminarlas dado que les resultan molestas y ocasionan sentimientos de vergüenza”, indica la miembro de SEMG.

¿SE PUEDEN EVITAR?

La mejor forma de evitar la aparición de verrugas es evitar el contacto con las mismas, lo que incluye las verrugas propias. La doctora Barbeito proporciona una serie de recomendaciones, como no arrancarlas, puesto que esto puede propagar el virus, no usar en las verrugas la misma lima de uñas, piedra pómez o alicate que se usan para uñas y piel sanas y no morderse las uñas de las manos. Además, la experta recomienda ser cuidadoso con el aseo y evitar cepillar, cortar o afeitar las áreas que tengan verrugas.

Si estos consejos no dan resultado y las verrugas terminan por aparecer, la doctora Barbeito insiste en que se resuelven de forma espontánea en meses o años. “En población general, entre un 60 y un 70 por ciento de las verrugas desaparece espontáneamente antes de tres meses; en niños, dos tercios de los casos se resuelven en un plazo de dos años”, puntualiza la miembro de SEMG.

“Al desaparecer lo hacen sin dejar cicatriz, lo cual puede no ocurrir si hemos utilizado algún tratamiento”, advierte la experta. En este contexto, “los tratamientos para el manejo de las verrugas están dirigidos para destruir todas las células infectadas por el virus o lograr que el propio sistema inmune del individuo lo realice”, explica la doctora Barbeito.

“Hasta la fecha, no existe ningún tratamiento 100 por ciento efecto. Considerando esto y la historia natural de las verrugas, sólo se recomienda tratarlas cuando éstas produzcan dolor, interfieran con la función normal del individuo, el desempeño escolar o laboral, o por motivos estéticos importantes”, zanja la miembro de SEMG.