En Opinión: ¡Un millón de pesos!, ¿a qué costo? Por Horacio Corro Espinosa

Es muy común escuchar a la gente sobre la adicción que tiene a las redes sociales. Todos, en algún momento del día, suben fotos, mensajes privados, reciben notificaciones y solicitudes de amistad. Entre mayor sea el número que se reciban, es mejor, y la verdad, a todos les encanta. Parece que lo de las redes sociales viene dentro de nuestros genes, o es parte de nuestra naturaleza, uno ya no sabe.

Cuando la gente comparte información y si ésta se convierte en viral, el placer es mayor. Es el hedonismo en su máxima expresión.

A todos nos gusta tuitear y que vean lo que publicamos, pero nos gusta más que nos retuiteen y ganar más seguidores.

Parece como si estuviéramos programados para recibir recompensas por lo interesante que uno publica. Esto no es casualidad, el hombre desde siempre es un cazador, y para alcanzar el éxito tiene que esperar un determinado tiempo. No es algo sencillo, primero se traza una estrategia para acechar y luego acertar. Es lo mismo en las redes sociales: todos buscan ganar seguidores a través de lo que se publica. Después de esto, el sistema nervioso nos otorga una recompensa en emociones varias.

Muchos aseguran que desde hace mucho tiempo dejamos de ser cazadores, porque se supone que hemos evolucionado. Quienes saben perfectamente que esto no es cierto, es el Fiscal General del Estado de Oaxaca, Rubén Vasconcelos Méndez, y el Gobernador del Estado Alejandro Murat Hinojosa. Estos dos, ayer usaron todos los medios informativos para llegar a millones de gentes, y para despertar en ella la codicia a través de la cacería.

Con su lanzamiento de ayer, fue como echar un hueso al aire  para que todos salgan en persecución del ya no “feminicida”, sino ahora “autor intelectual, creemos” (dijo el Fiscal), y quien lo atrape, le darán como recompensa un millón de pesos. Este hecho le dará al ganador retuits, más amigos, más favoritos, más seguidores, y sobre todo, más status. El mismo estatus lo llevará a ser reconocido ante la sociedad.

La desesperación de la fiscalía es evidente. El anuncio de un millón de pesos, servirá para ocultar otras verdades. Es el mismo método que utiliza López Obrador: un distractor para que nadie se dé cuenta de la realidad del país.

Así como dijo Obrador, que el feminicidio es manipulado para “perjudicarlo”. Murat puede decir, que lo del fraude al Infonavit, le perjudica a su imagen. De otra manera, no hubiera utilizado un “órgano autónomo” como la Fiscalía General, para desviar la atención de lo que a él le perjudica.

Cuánta locura. Seguramente el gobernador y el fiscal, no tienen la mínima idea de lo que están causando o de lo que están provocando. A la Fiscalía le preocupa hacer válida la palabra del gobernador, porque hay que recordar que él fue el primero en acusar directamente a Vera Carrizal, sin prueba alguna, solo se dejó llevar por lo que decían las redes sociales.

Pero hay que decir lo que provocó el anuncio del millón de pesos. Varios de los trabajadores de las empresas del presunto autor intelectual, recibieron llamadas telefónicas para saber el paradero de su jefe. Con esto, queda claro que pusieron en riesgo a más de 350 familias, sólo por la pura codicia. ¡Y esto es el principio!

Empresarios de la mixteca, se sienten preocupados porque también recibieron amenazas para que éstos den a conocer el lugar donde se encuentra, o donde se esconde el hombre más perseguido. Y lo peor, se trata de empresas que no tienen nada que ver con el señalado.

El conseguir ese millón de pesos, es proporcional al daño que estos funcionarios sembraron ayer. Esto le va a permitir a cualquiera, y con permiso del gobierno, a que el interesado pase sobre cualquier familia de los trabajadores para recolectar su cosecha.

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