Lo que el actor pensaba que sería un recorrido tranquilo terminó siendo un enfrentamiento con los paparazzis que lo captaron haciendo ejercicio sin utilizar el cubrebocas.
Ciudad de México, 2 de mayo (AS México).- Antonio Banderas estaba deseando poder salir a la calle para hacer deporte tras más de un mes confinado en solitario en su domicilio de Málaga. El paso de los días y la disminución de contagios de coronavirus en España, han permitido a los ciudadanos poder disfrutar de nuevo al aire libre desde este sábado y el actor ha sido uno de los que han aprovechado estas primeras horas de esparcimiento.
Sin embargo, lo que imaginaba que iba a ser un tranquilo viaje corriendo, ha terminado siendo un tenso enfrentamiento con los paparazzi que ha dejado al actor con el deseo de permanecer en casa ante el acoso que ha sufrido. Además, los periodistas que han querido obtener declaraciones por parte del malagueño lo han intentado sin mascarilla provocando en él un enfado monumental del que ha dejado constancia a través de sus redes sociales.
“Primera salida a correr tras el confinamiento. Primer encuentro, paparazzi sin mascarilla poniéndome las cámaras en la cara. Seguiré confinado”, ha escrito el actor. Y es que en algunas ciudades de España se han producido las primeras aglomeraciones de ciudadanos colapsando las aceras intentando hacer deporte en el primer día de apertura del confinamiento para toda la población.
El actor está acostumbrado a tener los focos sobre él prácticamente en todo momento, pero ante unas circunstancias tan especiales ha terminado explotando por la actitud irresponsable de los fotógrafos. Durante su aparición en El Hormiguero hace poco más de un mes, Banderas aseguró que estaba solo en su casa porque su chica estaba “atrapada en Ginebra” junto a su familia.
“Estoy solo, y me estoy convirtiendo en una especie de Robinson Crusoe. La cocina no se me da mal, hago películas muy raras y arroces muy ricos”, espetó para diversión de Pablo Motos. De igual manera, el malagueño esperaba que la sociedad aprendiese lecciones valiosas de esta crisis, como la necesidad que tenemos unos de otros y de la vulnerabilidad del ser humano, puesto que “un bichito invisible zarandea el mundo”.
