En Opinión: “Un cambio en paz, no en violencia” por Sócrates Campos Lemus

¡QUE CONSTE,…SON REFLEXIONES!

         Nos comentaba, hace muchos años, uno de los viejos políticos que en México: “no se castiga el delito sino que se castigan los escándalos”, eran los viejos tiempos donde el poder era especial y su fuerza motora era el control de todo, hoy, el presidente genera una escandalosa lluvia de acusaciones generadas por los delitos cometidos por los grupos ligados al poder, donde los el presidente en turno y dos ex presidentes y varios políticos y empresarios se ven envueltos en ellos, y se explica que lo importante es que el pueblo conozca cómo se hacen esos grades fraudes y robos a la nación y para ello, los medios, se ven en serios aprietos porque no saben bien a bien cómo reaccionar ante los hechos propuestos por el presidente. Sin duda, se liberaron los demonios y estallaran en el país grandes protestas de “pico” dirán muchos y de peleas judiciales dicen otros, el caso es que mientras son peras o manzanas, mientras los acusados demuestran su inocencia o el gobierno muestra su culpabilidad, las tragedias en el país aumentan en muchas familias de los involucrados, y sin duda, se polarizan las posturas y se agigantan las divisiones que hay en el país.

         Por lo pronto muchos explican que todo el escándalo es para destruir la confianza y credibilidad de los militantes en el PAN, y otros, explican que finalmente es la puntilla al viejo PRI montando el escándalos que es tan real que durante el mismo mandato de Peña Nieto, se fueron conociendo en muchos escandalitos que, finalmente, se juntan con las denuncias de Lozoya, y esto provocará el que esos ex funcionarios y políticos quieran defenderse simplemente diciendo que Lozoya “miente para salvarse”, pero la realidad está en todos los días, cuando ellos tenían el mando y el poder, y así, con todo eso, salieron a relucir las corruptelas y los escándalos, se trató de protegerse de que no se encontraran los hilos que conducían al manejo de enormes cantidades de dinero de Odebrecht que fueron a parar a la campaña política de Peña y que involucra a sus operadores en este proceso, y después, cómo se fueron pagando los favores por medio de contratos y entrega de la producción y la industria petrolera o de cómo se fueron consolidando muchos de los contratos en las grandes obras que se venían contratando con todas las empresas y empresarios involucrados.

         Uno de los peores momentos que no se han aclarado adecuadamente es cuando estallan los escándalos de las casas en Malinalco, “donadas” o vendidas en ventaja a Luis Videgaray y de la famosa “Casa Blanca” que sin duda señala el momento no solo del escándalo DE máximo nivel, sino el rompimiento de los acuerdos y el “matrimonio” de Peña y la Gaviota, que al principio fuera utilizado como un gran elemento distractor en una telenovela de telerrisa que vivía el país, y así, pensaron que con la manipulación de la comunicación podrían controlar al país y establecer los canales de su mandato en lo que ahora se conoce como el fin del periodo neoliberal en el país. Pues sí, cuando uno leía los diarios, escuchaba a los comentaristas y veía en la televisión a los grupos hablando de los proyectos y programas que pondrían a México en los primeros lugares de producción y riqueza en el mundo se tenía que voltear a ver su propia realidad y se notaba o se vivía el que teníamos a un grupito muy rico y poderoso y a la mayoría de la población de muertos de hambre y explotados y engañados, porque al final de cuentas como escribimos siempre, el negocios era fundado en el manejo de los bienes y fondos públicos para que se combinaran las acciones y se pudieran realizar enormes negocios privados, como lo vivimos en esos sexenios desde Fox a Peña Nieto.

         Todas las esperanzas se fueron a la mierda, es la realidad, lo que se decía, se publicaba o manipulaba en la prensa y los medios electrónicos no correspondía a la realidad que mostraba la cara de la desocupación, las corruptelas, la miseria y las opulencias de algunos cuántos que estaban en el poder y así se fueron gestando las inconformidades, los encabronamientos y la pérdida de confianza en los políticos y sus partidos, se sabía por la experiencia de los mexicanos que los partidos solo se reducían a una pequeña mafia que los operaba y manipulaba como gran negocio y no como un sitios de defensa de los intereses de sus seguidores, se pensó que TODA LA POLíTICA SE HACÍA DESDE LOS MEDIOS, FUNDAMENTALMENTE LOS ELECTRÓNICOS, porque así se manipularon las cosas en el proceso electoral y ganaron el poder, pero al mismo tiempo, con esa política, también perdieron la confianza de los mexicanos y solamente ganaron su enojo y su encabronamiento por el conocimiento y cinismo de las corruptelas que se conocían, y pensaban desde el poder que se ocultaban por medio de los medios y todo les estalló en un proceso donde los mexicanos entendieron que era necesario el cambio, y este lo lograron todos, por medio del voto, por esa razón ni el mismo presidente podía entender de momento esa enorme cantidad porque los estudios indicaban qué se pensaba de un “partido,” Morena, y no se preguntaba de López Obrador, cuando la gente en verdad se volcaba en la confianza por el presidente y no por el partido, al que finalmente dieron los votos, y esto elimino a los políticos y a los partidos de la oposición, y hoy, con los escándalos, lo más seguro es que todos los esfuerzos del presidente serán encaminados a que no vuelva a tener poder ni influyan en un tiempo mientras se realizan los cambios que ha propuesto para consolidar sus proyectos políticos y es por ello que, ahora, los mexicanos también se vuelcan en su apoyo al conocer en la realidad cruda lo que ya conocíamos por filtraciones y escandalitos que jamás se investigaron a profundidad, sí, los demonios se desatan pero son los demonios buenos que acabarán con los demonios malos de un poder que al final de cuentas ya no existe como tal, porque perdieron la confianza de los mexicanos, ahora el único poder real es el que tiene el presidente, y por esas razones se debe cuidar su integridad y protegerle en todo momento, porque cualquier atentado en su contra, provocaría grandes conflictos y estallamientos de violencia en el país… y hay que recordar que él busca un cambio en paz, no en violencia.