- Las donatarias simulan y realizan prácticas como las empresas factureras y de lavado de dinero, aseguró la directora del SAT
Ciudad de México.- El SAT tiene registradas unas nueve mil donatarias (asociaciones o sociedades civiles) que pueden recibir donativos que son deducibles del Impuesto Sobre la Renta; sin embargo, «no todas se portan bien».
Así lo expresó la titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raquel Buenrostro, quien manifestó que hasta hace poco, igual que a las farmacéuticas, nadie las vigilaba.
Consideró que aunque las “donatarias” están reguladas por el sistema fiscal se ha abusado mucho de la figura, pues “manejan mucho flujo en efectivo y usan esquemas muy parecidos a las factureras y empresas de lavado de dinero”.
“Muchas de las empresas que contratan para dar servicios para una buena labor son muchas empresas factureras”, agregó.
Señaló que el esquema de donatarias está regulado en el materia de Código Fiscal, porque hay algunas donatarias que requieren autorización del SAT para que puedan hacer sus gastos deducibles y esos ingresos.
“Esa es la clave del asunto, tienen muchas obligaciones por ley, ya por ley tiene que ser transparentes, desafortunadamente desde que se inventó la figura se ha abusado muchísimo de ella y casi nadie reporta”, aseguró.
Puso de ejemplo a la industria farmacéutica, “todos estos años, así como algunos sectores de industria farmacéutica y otros sectores, nunca se revisaron, nunca se les ha hecho alguna auditoría, es el caso de la donatarias, nadie las revisaba y acreditaban absolutamente todo”.
Aseguró que se han detectado donatarias que presentan un 50% en gastos administrativos, pero ese dinero solo lo gastan muy pocas personas.
“Tenemos donatarias que tienen hasta el 50% en gastos administrativos y lo gastan tres personas, el director, el administrador y un jurídico. Ve uno las cuentas y es un abuso”, enfatizó.
Raquel Buenrostro advirtió que para tener un mejor control en la Miscelanea 2021 se promovieron modificaciones al Código Fiscal, las cuales consisten principalmente en que aquellas que se porten mal podrían perder la autorización.
“Todas las donatarias deben entregar al SAT un informe anual y algunas llevan cinco años sin hacerlos. Que la gente que dona se sienta confiada de que si dona los recursos tendrán un buen destino.”
