En Opinión: “Las colas de la vacunación” por Sócrates Campos Lemus

¡QUE CONSTE,…SON REFLEXIONES!

          Pues esto de ponerse la vacuna es toda una hazaña, los “viejillos” pues andan con sillitas para todo lado, no contienen bien sus “angustias”, dicen ellos, de hacer pipí o popó, tienen que tomar medicamentos y les daña la piel el sol o los fastidia el frío con las molestias de la reumas o los dolores articulares, muchos deberían estar siendo atendidos en vez de estar formados para tomar su lugar en la vacunación y bueno, lo increíble es que no hay quejas, las pláticas afloran y se cuentan las cosas comunes de las casas, se habla de los malestares como algo que está en el tiempo y por el tiempo y les llegó sin darse cuenta, se comenta de los nietos o bisnietos y de las cosas que se comían o se comen en sus pueblos de origen y de cómo se comportaban en la iglesia o con los mayores, todos son atentos entre unos y otros y le ayudan a parase o colocarse donde está la sombrita y le apoyan para cargar el banquito o le invitan algo del gel y de los condimentos que llevan para estar en la espera, se les reviven las esperanzas y dicen que, seguramente con esa vacuna ya podrán andar como siempre y besar a sus seres queridos y abrazar a los cuates y salir y platicar con los vecinos y acudir sin temor a las consultas, es un fenómeno increíble, uno pensaría que las protestas estallarían violentamente por las largas esperas y nos olvidamos que los viejos tienen paciencia y saben esperar con tranquilidad porque tienen esperanzas y no llevan prisas, se van a dar un tiempo más de vida porque la vacuna, para todos, es una esperanza de vida y esto es lo que en realidad opera en esas largas filas. Y al terminar. cuando están en la espera de salir dan gracias a todos por las atenciones que recibieron y se les nota la sonrisa del ya me vacunaron y ahora si se jodieron los que pensaron que no cargaríamos a los santos en Semana Santa…y en verdad es conmovedor verles con la sonrisa en sus caras arrugadas y los ojillos brillantes con las nuevas esperanzas y muchos se despiden de uno como si nos conocieran de muchos años y cuando uno piensa en ello pues sí, los viejos caminamos los mismos pasos y nos dirigimos al final para entrar en los caminos de la muerte que para muchos son los verdaderos caminos de la vida, y ahí pues vamos.

          Esperaríamos que en esas largas filas de vacunación estarían más que nada los grupos familiares y los jóvenes esperando en el lugar que les tocan a sus ancianos pero pocos son los que lo hacen, la realidad es que son los viejos los que esperan y se van rotando por las charlas, como si de pronto se les abrieran los espacios de la comunicación y muchos muestran en ello los largos silencios que tuvieron que tener en el estar en casa y donde pues por razones lógicas y de tiempos ellos ya casi no cuentan porque los que traen las riendas son los jóvenes y ellos no saben lo que se ha pasado para tener lo que ahora algunos gozan y otros han sufrido para tener, cuando se pierden las riendas del manejo en las casas por los tiempos nuevos se dan cambios que en muchas ocasiones no podremos entender. Anteriormente los viejos eran las “cabezas de familia” hasta que alguno moría y otro lo suplía, pero ahora eso no sucede los tiempos cambiaron y con ello las costumbres y es cuando se va arrasando y dejando a un lado la experiencia del tiempo porque en la mayoría de las casas eso es viejo y anticuado, hoy priva la velocidad y se piden los cambios incluso sin tener los tiempos adecuados para poderlos generar, la velocidad rompe pues la reflexión y no da tiempo a tener una idea de los resultados, solo se quiere que la velocidad sea lo que prive porque todo nos muestra que existe la enorme posibilidad de los contagios y la muerte y por ello cuando se dan cuenta que solamente se afecta mucho más a los viejos los jóvenes andan desatados pensando en que no tienen que tener restricciones porque al final de cuentas ellos son inmunes cuando ahora también se contagian y mueren y ante la muerte la juventud no sabe entender los tiempos y piensa que vivir de prisa es lo mejor para poder cumplir lo que se exige de la vida cuando en  realidad andan en los caminos de la muerte y pues no lo podemos explicar y a lo mejor ni les interesa saber del tema.

          Los jóvenes quieren vivir la vida y los viejos quieren conservarla por mayor tiempo y esto es lo que hace chocar las formas de pensar y de tener la visión de las cosas. La velocidad es increíble incluso en los temas más sencillos, existe mucha información parcial que aparentemente deja el sabor de lo total cuando ni siquiera entra en el campo inicial y muchos piensan que con esa información parcial y cortada ya dominan los temas y se generan muchas confusiones, por eso las ideas en la política se dejan al garete y lo que impera son las cosas prácticas para obtener los puestos con los presupuestos y las ideas y las ideologías les valen un soberano pito y es por ello que así se deforma todo el concepto del buen vivir y entramos a los conflictos donde solamente privan los intereses y se muestran las ambiciones y el que “tienen más saliva” pues traga más pinole aunque se maten en ese intento.

          Hace días platicaba con una gente que me decía que era de “izquierda” y cuando le pregunté las razones para definirse como tal solamente me dijo que así lo creía y que ya , que eso de leer los libros de Marx o de Lenin o de entender los procesos revolucionarios eran cosa de viejillos pasmados en el pasado, ellos dicen que sirven al pueblo y que para ello andan en el “sacrificio de la grilla” y que eso de las represiones es un asunto de la historia y de los viejos tiempos que hoy eso no existe y que así no se requiere tener tanto conocimiento sino las ganas de estar donde hay “tacos con queso” y gozar del poder y dar lo que se puede, porque al final de todo pues el dinero es para repartirlo y al tenerlo pues hay que utilizarlo. Las ideas son para “idiotas” no para políticos pragmáticos como se consideran hoy en día y así vamos pues pateando el bote hasta que se compliquen las cosas y se tenga que entrar a resolver los graves problemas que vamos dejando en este campo cuando no hacemos nada por ver correctamente cómo se resuelven las cosas, porque no es lo mismo quitarse el dolor de cabeza con una aspirina y olvidar o dejar de pensar que existe un tumor maligno que mata al tiempo y en corto…