“Para poder comprender al barrio, primero hay que recorrerlo y, sobre todo, saber amarlo”, así lo decía Alfonso Hernández, quien sostuvo un romance de varias décadas con Tepito, donde expuso, más allá de sus mafias, el verdadero sentir de los tepichulos y guapiteñas.
El escritor, investigador y cronista oficial de las guaridas de ‘Tepis’, falleció el pasado domingo a los 75 años, debido a complicaciones por el Covid-19.El fue, como todos en el barrio, un ‘hojalatero social’, título que se inventó cuando era invitado a hablar en alguna universidad o espacio cultural sobre el barrio bravo donde enseñó que solo se pude amar y descubrir a Tepito si se camina de punta a punta.
Otorgó el permiso de perderse entre sus grietas más profundas.Hernández fue subdirector de Patrimonio Cultural de la entonces delegación Cuauhtémoc desde 2012, y director del Centro de Estudios Tepiteños.
Al conocerse la noticia de la muerte del fundador del diplomado de ‘Albures finos’ en la Galería José María Velasco e impulsor de los Safaris Culturales en Tepito, funcionarios, promotores y amigos, lamentaron la partida del cronista que descubrió su vocación, arraigo y su orgullo por el barrio.
