Antiguos egipcios y su fascinación por los gatos

CDMX.-En el imaginario colectivo los antiguos egipcios son famosos por su fascinación con los gatos. Y es que esta civilización homenajeó de diversas formas a los felinos. Los momificaban, representaban en gigantescas estatuas y diseñaban en joyas complejas. ¿Por qué los gatos eran tan importantes en la vida del Antiguo Egipto?

EL Antiguo Egipto y su obsesión con los gatos.
Además de momificar gatos, los antiguos egipcios construyeron el primer cementerio de mascotas. Edificado hace unos 2 mil años, este lugar alberga gatos ataviados con collares y extraordinarios accesorios metálicos. El historiador griego Heródoto escribió que los egipcios se afeitaban las cejas cuando un gato de la familia moría. Era la forma en que mostraban respeto por la partida del animal.

Probablemente, toda esta fascinación y respeto hacia los gatos se originó en la mitología del Antiguo Egipto. Este pueblo creía que sus dioses y gobernantes poseían cualidades felinas. Y siempre encontraron en los gatos un comportamiento dual deseable. Podían ser animales leales, afectivos y protectores, pero también independientes, feroces y combativos.

Representaciones.
Desde su idiosincrasia, los antiguos egipcios consideraban que dichas características convertían a los gatos en seres especiales y dignos de atención. Esto explicaría la construcción de estatuas con características felinas. El ejemplo más famoso de esta obsesión es la Gran Esfinge de Giza, un monumento de 73 metros de largo con cuerpo de león y rostro hombre. Sin embargo, los historiadores no saben con precisión por qué los antiguos egipcios sacrificaron tanto en la construcción de esta escultura.

Gran Esfinge de Giza

Este pueblo representó a Sejmet, su deidad más poderosa, con el cuerpo de una mujer y la cabeza de un león. La consideraban una diosa protectora, y recurrían a ella en las épocas de transición. Pero, los gatos también eran admirados por su eficiencia para deshacerse de las plagas, especialmente serpientes y ratas.

Eran animales tan adorados que algunos egipcios llegaron a bautizar a sus hijos en honor a los felinos. A las mujeres solían llamarlas Mitt, cuyo significado es “gato”. Se desconoce en qué momento empezaron a domesticar gatos en el Antiguo Egipto. Pero, las tumbas felinas más antiguas se remontan hasta el 3800 a.C.

Sin embargo, cierta información sugiere que esta obsesión no siempre resultó benévola. De hecho, los antiguos egipcios ocultaban un lado siniestro de su fascinación por los felinos.

Macabros rituales mortuorios.
Probablemente, existían criaderos enormes que se dedicaban a la reproducción y crianza de gatitos bebés. ¿Para qué? Para sacrificarlos y momificarlos de tal forma que sepultaran a los muertos junto a estos animales. Estas atrocidades habrían sucedido entre el 700 a.C. y el 300 d.C.

En un estudio publicado el año pasado, investigadores realizaron tomografías computarizadas a diversas momias de animales, entre los que se encontraba un gato. El análisis reveló que el animal era mucho más pequeño de lo que aparentaba su momia.

“Se trataba de un gato muy joven, y pasamos esto por alto hasta que hicimos el análisis. Gran parte de la momia, aproximadamente el 50%, era relleno”, señaló Richard Johnston, autor del estudio. El investigador agregó: “cuando lo observamos en la pantalla, nos percatamos que era muy joven al momento de su muerte. Tenía menos de cinco meses cuando le cortaron el cuello. Es algo chocante”.

Además, el investigador señaló que la práctica de sacrificar gatos no era inusual. Pues, a menudo, los antiguos egipcios los criaban específicamente para este fin. En resumen, a pesar de toda la admiración y cariño que profesaba este pueblo por los gatos, en el pasado los criaban y sacrificaban solamente para servir como compañeros en el viaje hacia el más allá en un extraño ritual de muerte.