Cocas falsas dejaban ganacias de 12 mil pesos al día; fiscalía de CDMX da más detalles

Gracias a un cateo en Iztapalapa, se dio con un ‘negocio’ de presunta falsificación de refresco de cola. (CORTESÍA) / El Financiero

Dos personas detenidas por el caso de las cocas falsas en Iztapalapa, fueron señaladas de comercializar las bebidas en Neza, Chalco y hasta la Central de Abasto.

Este viernes, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), a través de su vocero, Ulises Lara, detalló sobre el caso de los refrescos de cola falsos hallados en un domicilio de Iztapalapa.

Y es que, tras catear un inmueble de la colonia Santa Martha Acatitla Norte, en Iztapalapa, la Fiscalía capitalina halló cientos de cajas con botellas con refresco de cola, posiblemente clonado, por lo que detuvo a dos personas relacionadas con el hecho.

Así, Ulises Lara señaló en conferencia de prensa que David y Jesús Ignacio “N” fueron puestos a disposición de un juez de control, por su probable participación en la comisión del delito de encubrimiento por receptación.

El vocero detalló que David “N” era quien presuntamente se encargaba de lavar el envase de vidrio de las bebidas y por ello, cobraría cerca de dos mil 500 pesos por semana. En tanto, señaló a Jesús Ignacio “N”, como quien probablemente realizaba labores de sellado de envases y de reparto.

Por coca pirata, ganaban hasta 12 mil pesos en Iztapalapa

Las indagatorias señalan que los lugares en los que se comercializaba la bebida posiblemente clonara, eran principalmente puestos ambulantes de comida establecidos en diferentes áreas de la Ciudad de México, como la zona centro y la Central de Abasto, además de los municipios mexiquenses de Chalco y Nezahualcóyotl.

Asimismo, las investigaciones apuntan a que la caja de refresco rellenada era comercializada, en promedio, entre los 200 y los 210 pesos y se estima que diariamente vendían de 50 a 60 cajas, lo que representaría ganancias estimadas entre 10 mil y 12 mil 600 pesos cada día.

De acuerdo con las labores de gabinete y campo, desplegadas por agentes de la Policía de Investigación (PDI), y según vecinos, se estima que en el lugar trabajarían en promedio diez personas, entre lavadores de botellas, envasadores y selladores, transportistas y encargados del inmueble.