El pletatamal: sabor y ofrenda en el día de los Fieles Difuntos de Xoxocotlán

Santa Cruz Xoxocotlán, Oax., 28 de oct. – En el corazón de Xoxocotlán, entre el aroma del copal y el de la flor de muerto o cempasúchil, hay un sabor que une a las familias y da identidad al pueblo: el pletatamal, un platillo que no solo se come, sino se ofrece el día de los Fieles Difuntos.

En su cocina, entre cazuelas de barro y vapores que huelen a historia, Doña Catalina Matías Jiménez, conocida como Doña Cata, ha preservado por más de ocho décadas esta tradición culinaria, considerada la más queridas de su tierra.

Y es que los que saben, dicen que el pletatamal es más que un guiso: es una ofrenda que se prepara cada 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, dedicado a los angelitos, las almas de los niños que regresan al hogar.

El proceso de elaboración, comienza con maíz criollo amarillo, cocido con ceniza, molido y mezclado con caldo de gallina criolla. A la masa se suman chiles guajillo, ancho colorado y chihuaque rojo, semillas tostadas, hoja de aguacate y hierba santa, hasta formar una mezcla espesa que se cuece a fuego lento en hojas de plátano, dentro del tapexco.

El pletatamal ocupa un lugar especial en estas fechas de altares. Junto al pan de yema, el chocolate espumoso y las velas, representa la unión entre lo sagrado y lo cotidiano. Es el sabor que acompaña los rezos, las risas y las lágrimas de quienes celebran la vida a través de la memoria.

En diciembre de 2023, el Congreso del Estado de Oaxaca declaró al pletatamal como Patrimonio Gastronómico Tangible, luego de que la diputada local, Nancy Benítez Zárate presentara la propuesta legislativa y marzo de 2025, ya como presidenta municipal recibió, en nombre del pueblo de Xoxocotlán, el pergamino oficial.

Así, mientras haya una olla al fuego y una familia reunida en torno al altar, el pletatamal seguirá siendo el platillo que alimenta la memoria de un pueblo que vive, celebra y trasciende.