
Oaxaca, Oax.- Un violento episodio de justicia por propia mano estremeció a la región de la Cañada, en Oaxaca. Cinco personas fueron linchadas y posteriormente quemadas por pobladores de Santa María Texcatitlán, en la Sierra de Flores Magón, tras ser acusadas de robo.
De acuerdo con los primeros reportes, los hechos ocurrieron el lunes 29 de septiembre, cuando habitantes de Texcatitlán, apoyados por vecinos de la agencia de Tomellín, interceptaron una camioneta GMC Acadia con placas THP-955-A en la que viajaban cinco personas señaladas de haber participado en un presunto robo a una miscelánea local.
Las víctimas fueron identificadas como Juana Pérez Torres, abogada litigante originaria de Santiago Amoltepec, Sola de Vega; Martín Gutiérrez López, originario de Veracruz; Miguel Alberto Mejía Gómez, Santiago Morales Charmi Bigva y José Benjamín Hernández Reyes, todos con domicilio en Oaxaca de Juárez.
Según versiones oficiales, elementos de la Policía Estatal acudieron inicialmente al lugar con la intención de trasladar a los retenidos ante la Fiscalía para que se presentara una denuncia formal. Sin embargo, la intervención resultó insuficiente: alrededor de las 13:00 horas, un grupo de aproximadamente 20 pobladores armados con palos y machetes irrumpió en el bloqueo, golpeó y amarró a las cinco personas, trasladándolas con violencia a un paraje conocido como La Cuesta.
Ahí, los retenidos fueron asesinados y sus cuerpos quemados, en un acto que, de acuerdo con testimonios, habría contado con la aparente complicidad de autoridades municipales.
El martes 30 de septiembre, un operativo conjunto de la Agencia Estatal de Investigaciones, Policía Estatal, Policía Vial Estatal y Guardia Nacional ingresó a la comunidad, pero ya era demasiado tarde: las cinco personas habían sido ejecutadas.
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) confirmó los hechos y señaló que se realizan las investigaciones correspondientes para deslindar responsabilidades.
El linchamiento en Texcatitlán se suma a una serie de episodios de justicia comunitaria que en los últimos años han cobrado fuerza en Oaxaca, alentados por la impunidad, la marginación y la falta de confianza en el sistema de justicia. La quema de los cuerpos, además de intentar borrar evidencias, envía un mensaje de intimidación que refleja una grave descomposición social en la región.