Xoxocotlán celebra con fe, cultura y comunidad aniversario a la Parroquia de Santa Elena

Santa Cruz Xoxocotlán, Oax., 26 de octubre de 2025.– En Santa Cruz Xoxocotlán, donde la fe camina junto a las tradiciones y el sonido de las campanas despierta la memoria del pueblo, se celebra el tercer aniversario de la consagración de la Parroquia de Santa Elena de la Cruz.

Tras dos años cerrado por la pandemia, hace tres este recinto fue consagrado por segunda ocasión en su historia, la primera aproximandamente en el siglo XIX, lo cual para el pueblo xoxeño es símbolo de celebración, espiritualidad y encuentro comunitario.

Desde muy temprano, las flores, cirios y música estuvieron presentes en las misas solemnes, procesiones y oraciones comunitarias dedicadas a Santa Elena, protectora y guía espiritual de la parroquia.

Las voces del coro, el aroma del copal y el repique de las campanas acompañan la ceremonia, donde el agradecimiento y la fe son las protagonistas.

Pero la celebración no se queda solo en lo religioso. Como parte esencial de las costumbres xoxeñas, el atrio del templo se transforma en un espacio de encuentro cultural: bailes tradicionales y gastronomía típica compartida entre familias.

Aquí, la fe y alegría caminan juntas
Habitantes de distintos puntos del municipio y visitantes se unen para compartir alimentos, historias y recuerdos en una verdadera convivencia de pueblo, donde la fe no divide, sino reúne.

Celebraciones como esta forman parte de las tradiciones que el pueblo preserva y transmite de generación en generación: un tejido de fe, cultura y raíces que se mantiene firme con el paso del tiempo.

Porque aquí, en cada fiesta, en cada procesión y en cada templo iluminado, Xoxocotlán reafirma quién es: un pueblo que cree, que celebra y que no olvida.

Cultura, fe y tradición viva
La celebración también trasciende lo religioso y se convirte en una fiesta cultural y comunitaria.

En el atrio la presentación de grupos de danza provenientes de San Antonino Castillo Velasco, Villa de Zaachila y Santa Cruz Xoxocotlán, llenan el espacio de color y algarabía.

La noche concluye con un gesto de hermandad profundamente arraigado en la comunidad: el compartir del pan y la sal, una cena fraterna donde las familias conviven como símbolo de respeto y unidad.