En la comparsa xoxeña, los muertos bailan y la vida se festeja

Santa Cruz Xoxocotlán, Oax., 2 de nov. De 2025.- Es el primer domingo de Noviembre: Día de los Fieles Difuntos. Las calles de Xoxocotlán se llenan de muerte, esa que lejos de ser lamento, se vuelve baile, carcajada y memoria.

Es la primera tarde de noviembre y mujeres, jóvenes y adultos recorren las principales calles de esta ciudad con música y euforia para resistir las largas horas de baile.

Las comparsas: la Original La Mera Mera y Chikos Rebeldes del Pueblo son expresión de cultura viva. Su paso alegre anuncia que la memoria se conserva danzando.

Había catrinas elegantes, diablos juguetones, calaveras de risa eterna y personajes que parecían brotar de los altares de Día de Muertos. Cada máscara, una historia; cada paso, un homenaje.

En su caminar, se encontraron con las autoridades municipales, encabezadas por Nancy Benítez Zárate, quien hizo entrega del tradicional “cariño”, muestra de la fraternidad que caracteriza al alma xoxeña.

La comparsa La Original La Mera Mera fue la primera en salir. Como lo han hecho desde hace 26 años, se reunieron entre copal y tambora.

Al toque de La Tentadora Banda Sabrosura, el recorrido se encendió, mientras la Banda La Cero Miedo respondía con otra melodía y las notas rebotaban entre las fachadas del pueblo.

Más adelante, la comparsa Chikos Rebeldes del Pueblo vibraban al ritmo de las Bandas Destructiva y Reyes de la Noche. Las tubas, tarolas y trompetas resonaban como si despertaran a los antepasados que descansan en los panteones cercanos.

Niños, jóvenes y mayores siguieron el desfile, algunos bailando, otros grabando con sus teléfonos, todos compartiendo un mismo pulso. Las risas se mezclaban con el sonido del viento y el eco de las canciones que parecían cruzar del mundo de los vivos al de los muertos.

Visitantes de distintos lugares acompañaron el recorrido, maravillados por la energía de las comparsas que ya son parte del alma xoxeña.

En Xoxo, la comparsa no solo recorre las calles: las hace vibrar, las llena de risas, de pasos y de memoria compartida.

“Cada año somos más, cada año los muertos también regresan”, dice uno de los organizadores con la máscara empapada de sudor. “Aquí no se llora a los que se fueron, se les invita a bailar”.

Con su paso festivo, el contingente recordó que las despedidas también pueden ser celebraciones, y que los muertos viven mientras el pueblo los conserve en la memoria y los evoque con música.

Este año, su recorrido tuvo un significado aún más profundo: cerrar con júbilo y devoción la Fiesta de los Fieles Difuntos Xoxocotlán 2025, despidiendo con amor a quienes amamos en vida y guardamos con fe y ternura en el corazón.

Porque en Xoxocotlán, el corazón de Oaxaca, la muerte no apaga la vida: la ilumina con música, color y mucho cempasúchil.