
El secretario general de Gobierno de Oaxaca, Jesús Romero López, informó que la administración estatal ha logrado avances significativos en la resolución de conflictos agrarios, la reducción de bloqueos y la construcción de una auténtica cultura de paz en el territorio oaxaqueño. Durante un balance presentado en la Mixteca, destacó que en esta región se han resuelto siete conflictos agrarios y un total de 47 en lo que va del actual gobierno; cifras que —más allá del número— representan comunidades que hoy pueden dormir tranquilas, tierras que dejaron de ser motivo de tensión y familias que vuelven a caminar sin miedo.
Romero López explicó que la Mixteca y la Sierra Sur siguen siendo las zonas con más problemáticas históricas; sin embargo, nunca antes se había invertido tanto tiempo, presencia y diálogo en atenderlas. Subrayó que para que Oaxaca crezca es indispensable tener estabilidad: “No puede haber desarrollo si un pueblo vive entre marchas, protestas y bloqueos”, señaló. Y en esa ruta, los resultados ya se sienten: los bloqueos disminuyeron 70% y las tomas de casetas 80%, rompiendo con una práctica que parecía parte de la vida cotidiana. Esto hoy significa algo muy simple pero enorme para la ciudadanía: llegar a tiempo al trabajo, viajar con certidumbre, mover mercancías sin miedo a perder el día entero en un conflicto ajeno.
El secretario atribuyó estos avances al trabajo territorial del gobernador Salomón Jara Cruz, quien —dijo— ha caminado las comunidades como no se hacía desde hace décadas. “Ha escuchado directamente a la gente, sin intermediarios, y eso cambió la lógica del gobierno”, afirmó. Gracias a esta cercanía y a una política basada en el consenso, hoy Oaxaca tiene solo un palacio municipal tomado en toda la entidad, un hecho inédito que refleja cómo la paz deja de ser discurso para convertirse en práctica diaria.
Romero añadió que este clima de tranquilidad también se refleja en procesos electorales más estables, con más diálogo y menos tensiones. Reiteró que cualquier inconformidad debe canalizarse por las vías institucionales, fortaleciendo la gobernabilidad. Adelantó que este año podría cerrar sin la figura de comisionados municipales —una figura que antes se utilizaba como negocio político—, lo cual sería otro paso histórico para devolverle a los pueblos el control de su vida interna.
El funcionario destacó también el impulso del gobierno estatal en obras e infraestructura que benefician directamente a las familias. Recordó que más de dos millones de personas reciben algún apoyo de la “Primavera Oaxaqueña” y que en los 570 municipios se realiza al menos una obra pública. Entre los proyectos estratégicos mencionó el Citybus, la operación del C5 y la consulta indígena sobre la presa Margarita Maza, que brindará una solución de largo plazo al abasto de agua en la capital y su zona metropolitana, garantizando un servicio más estable para miles de hogares.
Finalmente, aseguró que Oaxaca vive un momento de estabilidad y transformación real. “Faltan cosas por hacer, sí. Pero también es cierto que hoy estamos viendo cambios que antes parecían imposibles. Estamos construyendo paz donde antes había miedo, diálogo donde antes había confrontación, y obras donde por años hubo abandono. Hoy Oaxaca avanza con paz, con obras y con trabajo… pero, sobre todo, avanza con la firme convicción de que este estado merece lo mejor de nosotros. Ese es el camino que ya empezamos, y es el camino que no vamos a dejar de recorrer.”









