Silencio en Cuba ante posible cierre de embajada estadounidense


Luego de que Rex Tillerson, declarara que su administración tiene “bajo evaluación” el cierre de su sede diplomática el gobierno de Raúl Castro no ha reaccionado al respecto ni ha ofrecido públicamente ninguna nueva información sobre el asunto.

LA HABANA.- El gobierno cubano mantiene silencio sobre el anuncio de la Casa Blanca de que analiza el cierre de su embajada en La Habana por los misteriosos “ataques sónicos” que habrían sufrido los diplomáticos estadounidenses en la Mayor de las Antillas, sin que nadie sepa hasta ahora el origen de esos incidentes.

Luego de que el Secretario de Estado, Rex Tillerson, declarara el domingo que su administración tiene “bajo evaluación” el cierre de su sede diplomática en la capital cubana, el gobierno de Raúl Castro no ha reaccionado al respecto ni ha ofrecido públicamente ninguna nueva información sobre el asunto, más allá de la declaración de su cancillería del pasado 9 de agosto.

En esa ocasión, el ministerio de Relaciones Exteriores aseguró que Cuba tomó “con suma seriedad” las afectaciones auditivas de los estadounidenses y dijo que “actuó con celeridad y profesionalismo para el esclarecimiento de esta situación, iniciando una investigación exhaustiva, prioritaria y urgente”.

Tras señalar que el gobierno “jamás ha permitido” que el territorio cubano sea utilizado para cualquier acción de este tipo, reiteró “la disposición a cooperar para lograr el esclarecimiento de esta situación”.

De entonces a acá ha trascendido de fuentes diplomáticas que el ejecutivo cubano invitó al FBI a viajar a la isla y realizar investigaciones “in situ”, mientras el propio Raúl Castro se habría reunido con el jefe de la misión de Estados Unidos, Jeffrey DeLaurentis, a quien negó cualquier responsabilidad de su gobierno y reafirmó su disposición a cooperar en la investigación.

Esos elementos, más el hecho de que Canadá, un gobierno con estrechas y amistosas relaciones con la isla también revelara afectaciones en sus diplomáticos en La Habana, ha hecho buscar a los investigadores estadounidenses otros culpables en su lista satánica de siempre: Rusia, Irán y Corea del Norte.

El tema es tan confuso, que ni en el propio Estados Unidos se ponen de acuerdo en cómo nombrarlo. En agosto Washington habló de “ataques acústicos”. Ahora Tillerson se refirió a «ataques a la salud», en tanto el Departamento de Estado lo calificó de «incidentes».

Un especialista cubano consultado por El Financiero, quien requirió el anonimato, consideró que los síntomas narrados por los afectados son tan variados y poco precisos que es muy difícil realizar un diagnóstico certero de las causas que los provocan.

De las 21 víctimas confirmadas, algunas tienen pérdida auditiva o conmoción cerebral, mientras que otras sufren náuseas, jaquecas, zumbidos, pérdida de equilibrio y falta de concentración. Algunos sintieron vibraciones o escucharon sonidos, mientras que otros ni escucharon ni sintieron nada, pero aun así desarrollaron algunos síntomas.

Este mes Estados Unidos implementará las medidas contra Cuba anunciadas por Trump, quien hoy, al hablar en la ONU, calificó al gobierno cubano de “corrupto y desestabilizador” y anunció que no levantará el embargo.