Los delegados estallaron en ovaciones cuando el principal adversario de la candidata presidencial oficializó la nominación.
Filadelfia. Hillary Clinton se convirtió el martes en la primera mujer en ser nominada a la presidencia por uno de los partidos políticos más importantes de Estados Unidos. La histórica noche también trató de convencer a los votantes escépticos ante las continuas tensiones entre los partidarios de Sanders y Clinton.
La ex secretaria de Estado aseguró formalmente la nominación durante el pase de lista de los estados en la Convención Nacional Democrática, que terminó con un gesto simbólico de su principal rival, el senador Bernie Sanders, quien declaró a Clinton como la candidata presidencial del partido demócrata, una medida que provocó aplausos resonantes.
Poco después, Clinton subió un video en Twitter mostrando las declaraciones de Sanders y declarando que “la unión hace la fuerza”, su lema de campaña.
Los delegados estallaron en ovaciones cuando el principal adversario de Clinton en las elecciones primarias, el senador federal Bernie Sanders, ayudó a oficializar la nominación cuando fue el turno de votar para su estado, Vermont, lo cual fue una importante exhibición de unidad para un partido que trata de sanar divisiones profundas.
Fue un impactante paralelismo al papel que jugó Clinton hace ocho años cuando tomó el micrófono en la sede de la convención y apoyó a su exadversario, Barack Obama.
Sin embargo, la proclamación de Sanders no era suficiente para atraer a todos sus delegados, algunos de los cuales se retiraron de la sala en señal de protesta, añadiéndole una dificultad más a la unión del partido de cara a la batalla campal de Clinton contra el candidato republicano Donald Trump.
Durante el pase de lista de los estados, Clinton aseguró 2,383 delegados necesarios para ganar la nominación del partido justo cuando la delegación de Dakota del Sur emitió sus votos.
Sanders, quien quedó en segundo lugar en la nominación, apareció en el escenario de la convención al final del proceso y presentó una moción de nominar a Clinton. “Propongo que Hillary Clinton sea seleccionada como el candidato del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos”, dijo Sanders.
El espectáculo orquestado para dar unidad al partido no logró que algunos de los partidarios de Sanders estuvieran dispuestos a aceptar a Clinton como la candidata del partido, a pesar de que el senador de Vermont instó a que lo hicieran.
Tras el pase de lista, algunos salieron de la sala, al canto de “¡Fuera! ¡fuera! ¡fuera!”. A medida que el programa continuó, la mayoría de los escaños de las delegaciones de Maine, Kansas, Oklahoma y Alaska —todos los estados que Sanders ganó a Clinton— estaban vacíos.
El listado de votación de los estados fue una oportunidad más para que partidarios de Sanders manifestaran su aguerrida lealtad al senador de Vermont. Sanders estuvo sentado en la arena absorbiendo las ovaciones y saludando a la multitud.
Pero la convención perteneció a Clinton, quien se enfrentará al candidato republicano Donald Trump en noviembre.
Para los demócratas fue un inicio jubiloso para una noche que incluirá al expresidente Bill Clinton dirigiendo un discurso de reconocimiento personal hacia su esposa en el escenario de la convención.
Su logro histórico llenó el recinto de emoción y símbolos de la prolongada batalla de las mujeres para derribar barreras políticas. Una mujer de 102 años de edad, nacida antes de que las mujeres tuvieran derecho a votar, emitió los votos por Arizona.
La oficina de campaña de Clinton espera que la noche de logros, historias personales y elogios pueda mermar la profunda desconfianza que tienen muchos votantes, incluidos algunos demócratas, con respecto a la ex secretaria de Estado, senadora y ex primera dama del país.
La escena de la segunda jornada de la Convención Nacional Democrática en Filadelfia incluyó una serie de personas que daban testimonio de por qué Clinton debería ser presidenta.
Ellos incluían madres que han perdido a sus hijos por la violencia armada o en custodia de la policía y que ahora están luchando por reformas. “Hillary es una madre que puede garantizar que nuestro movimiento tenga éxito”, dijo Sybrina Fulton, madre de Trayvon Martin, quien fue fatalmente baleado por un voluntario de vigilancia vecinal en Florida.
Cantos de “¡las vidas negras importan!” se escucharon en la arena de convenciones cuando las mujeres, que se hacen llamar “las madres del movimiento”, hablaban sobre sus casos.
