El presidente Enrique Peña Nieto visitó en Mazatlán, Sinaloa, a los soldados heridos que están hospitalizados y en recuperación luego de que la madrugada del pasado viernes un convoy militar fue emboscado por un grupo del narcotráfico en Culiacán.
El presidente Enrique Peña Nieto visitó en Mazatlán, Sinaloa, a los soldados heridos que están hospitalizados y en recuperación luego de que la madrugada del pasado viernes un convoy militar fue emboscado por un grupo del narcotráfico en Culiacán, matando a seis de sus compañeros.
“Quiero que sepan que lamento mucho lo ocurrido”, dijo el mandatario mexicano a los familiares de los convalecientes en el Hospital Regional Militar de Especialidades de Mazatlán, informó la Presidencia de la República a través de un boletín.
A los integrantes del Ejército mexicano heridos les expresó su apoyo y solidaridad, y deseó una pronta recuperación.
Después de dialogar con los soldados lesionados, expresó a sus familiares que los vio “muy enteros y muy echados para adelante, con gran ánimo. “Resintiendo la pena de haber perdido compañeros de armas, pero ya deseosos de regresar nuevamente al trabajo”.
Peña Nieto hizo saber que los soldados “son ejemplo de fortaleza, de la gran templanza y el valor que tienen quienes integran’’ las Fuerzas Armadas, e “inspiración para sus compañeros de armas”.
Los heridos, amplió, son ejemplos vivos de que la “tarea no es fácil y que hay que tener un gran valor, una enorme valentía y un gran coraje para seguir al frente y cumpliéndole a México en estas difíciles tareas”.
Y se dijo orgulloso de “tener elementos del Ejército bien resueltos y bien comprometidos.
“Como Presidente de la República estoy más que reconocido con nuestras Fuerzas Armadas. Son un gran orgullo”, arengó, tras destacar el “gran valor y la entrega de nuestros soldados, pilotos y marinos en todas las tareas”.
Ordenó luego a Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional, prestar toda la atención que requieran los soldados heridos y sus familiares.
El matrimonio es único
Antes de su viaje relámpago a territorio sinaloense, el mandatario mexicano se reunió, en privado, en la residencia oficial de Los Pinos, con representantes de iglesias evangélicas, cristianas y cristianas no evangélicas que advirtieron que conllevará problemas incluir en la Constitución el derecho al matrimonio igualitario y permitir la adopción de niños a parejas del mismo sexo.
“El país puede tener un problema si las familias no se siguen formando, casando, teniendo esa relación. Como por ejemplo en Europa, que comenzó con que dejaran de casarse, y después, ahora, tienen que importar gente para poder multiplicar a los ciudadanos en Europa’’, afirmó Daniel Peredo Jaime.
Entrevistado al finalizar la reunión, el presidente de la Confraternidad Evangélica de México explicó que cristianos y evangélicos no son homofóbicos, ni están en contra de la unión entre homosexuales, sino de que se incluya en la Constitución el término matrimonio para el caso de las parejas del mismo sexo.
El matrimonio, aclaró, es único y desde siempre.
“No hay un rechazo, sino más bien el poder entender que el área de matrimonio, pues es único, desde el principio de todas las cosas, que las familias tienen todo el derecho de ser respetadas en ese sentido’’, finalizó.
