En Opinión: “Carlos Payán” por Sócrates Campos Lemus

¡QUE CONSTE,…SON REFLEXIONES!

Sin duda, bien merecida la medalla Belisario Domínguez al periodista Carlos Payán, no hay duda de que su agudeza política lo coloca en un nuevo estadio que a lo mejor no creyó vería, pero los tiempos del cambio son reales en todo el mundo, las condiciones descritas de terror y horror en la destrucción de los bienes de la tierra por la ambición, el capitalismo voraz y el consumismo que solamente es para el beneficio de unos cuántos en contra de los muchos, nos muestra su convicción de vida. Hablar del fascismo para muchos es un retroceso al pasado y creen que por negarlo no existe ni es una amenaza para los pueblos y los desamparados, pero es real y las acciones están dirigidas por los grandes grupos financieros que son los que sacan raja de las grandes crisis y, cuando uno recibe un reconocimiento de una sociedad y hay un hombre que la representa como en el caso de AMLO, es lógico que se le reconozca por su lucha y por su necedad para luchar por una sociedad más justa y humana, a lo mejor no a todos les agradan esas menciones y reconocimientos, están en su derecho de no gustarles, pero yo también tuve el enojo cuando la misma medalla fuera otorgada a un hombre que aparentemente es un gran empresario cuando no es más que un beneficiario de las concesiones y de los arreglos en el poder para aumentar sus beneficios y las ventas del “SOY TODO PALACIO” y, no me gustó el que se le reconociera por esos elementos y estaba en mi derecho y lo sigo estando, así que ese respeto debe ser garantizado en el nuevo gobierno y el derecho a disentir y no estar de acuerdo debe tener toda la libertad a pesar de que en otras épocas eso, no existía, y muchos de los que hora reclaman eran simplemente socios y cómplices de los mandatarios y corruptos de aquellos tiempos, pero así son las cosas y ya.

         Tendremos que reconocer que durante años se ha permitido a pesar de los reclamos de la sociedad la destrucción de los recursos materiales y naturales del mundo y, en nuestro país, la explotación petrolera ahora solamente beneficia a unos cuántos hampones que lograron en su momento privatizar y destruir la empresa social que es de todos, para darla en beneficio de unos cuántos hampones de cuello blanco y no hay duda de que muchos periodistas se volcaron en elogios sobre la nueva política de privatización alegando que México entraba en la modernidad y dejábamos atrás los viejos moldes que generaron el desarrollo del país, sí, los reclamos se dieron, pero por las maniobras políticas se permitieron esos manejos y trácalas que nos han llevado a la crisis que hoy tenemos que superar por el bien de todos. Por años se ha explotado el bosque en beneficio de unos cuántos destructores y explotadores de los bienes nacionales, las minas, las aguas, los servicios y a pesar de los reclamos, nada hicieron ni los políticos paleros de los partidos de “oposición” ni los comunicadores que, al final de cuentas, solamente se movían por medio de los chayotes y de los beneficios de sus empresas compradas con los recursos populares con el cuento de la comunicación social, cuando simplemente eran las marionetas que servían a los poderosos para ocultar las trácalas y sus negocios realizados por medio de la utilización de los bienes y fondos públicos para hacer sus negocios privados.

         Muchos de aquellos dóciles y manipulados comentaristas, ahora son los que más protestan en contra de las acciones que genera el nuevo gobierno alegando que no tiene razón o que rompe el estado de derecho y el equilibrio de los poderes, pero cuando se rompía el estado de derecho para beneficiar a sus amos y socios nadie decía nada, al contrario, aplaudían y manipulaban las razones para justificar los atropellos de los pocos en contra de los muchos y así los leímos alegando que era necesario el aumento de precios de las gasolinas cuando ellos eran los beneficiarios del negocio y, ahora, sin más ni más exigen que se bajen los precios cuando ellos fueron los que los impulsaron en el aumento, pero así son los verdaderos demagogos en la contienda política, de pronto, van en contra de sus propios dichos y “convicciones” porque así creen que van a proteger los grandes intereses de sus cómplices y socios y no se dan cuenta que hoy, independientemente de lo que digan y aleguen, la única realidad es que hemos llegado al límite, y ahora, la sociedad se ha dado cuenta de que es lo que requiere y lo que necesita y si hay que apretar el cinturón, los jodidos, no tienen problema lo traen apretado todo el tiempo y saben que unos días más es para el beneficio de todos y así lo entienden y, por esa razón vemos  acciones que son violentas en los reclamos como el que se hiciera en contra de la esposa del gobernador de Tabasco, donde los trabajadores, médicos y enfermeras del sector salud la retuvieron para que les escucharan y les dieran solución a sus reclamos, por supuesto que son acciones no gratas para las “buenas conciencias”, pero la desesperación y los reclamos y el no escuchar a las gentes hace que las cosas estallen y se vuelquen, por fortuna, en una simple detención y no en la violencia callejera que podría ser la tónica de la desesperación y el encabronamiento de millones de mexicanos que estamos cansados y hartos de los políticos y de sus corruptelas, al igual que lo estamos en contra de los especuladores financieros y “empresarios que han sido cómplices y socios de los políticos” y si la irritación social no se hubiera manifestado en una votación mayoritaria, como se ha dado en favor de AMLO, lo más seguro es que la lucha social se hubiera desbordado en la violencia callejera al grado de que tendríamos no solamente la presión política de los Estados Unidos sino, lo más seguro, con el cuento de la seguridad, tendríamos a sus soldados invadiendo nuestro país, tal como lo quisieran muchos de aquellos que no ven la realidad sino sus intereses que los ciega y les llena de ambiciones…