En Opinión: «Desaceleración y mercado de capitales» por Gabriela Siller Pagaza

Trump quiere lanzarse para un segundo mandato y una recesión no es conveniente, por lo que es probable que trate de aplicar medidas extraordinarias para incentivar a la economía.

Mucho se ha hablado sobre la posibilidad de que Estados Unidos caiga en recesión, o al menos en desaceleración el siguiente año y es que existen señales claras de ello. De acuerdo al Buró de Investigaciones Económicas de Estados Unidos (NBER, por sus siglas en inglés), el ciclo expansivo dura en promedio en ese país 4.85 años y actualmente tiene más de 9 años en expansión. Asimismo, la acumulación de inventarios en Estados Unidos en el 2017 había empezado a disminuir, siendo otra señal de que la actividad económica se estaba desacelerando. Sin embargo, en el 2018 con la entrada de la reforma tributaria de Trump, la acumulación de inventarios volvió a subir, pero de manera artificial.

En el mercado financiero las señales van hacia la curva invertida de tasas de interés y los promedios móviles que se cruzan. Respecto a la curva de tasas de interés, lo deseable es que a mayor plazo exista mayor rendimiento y en Estados Unidos la tasa de la nota del Tesoro a 5 años es menor que la tasa de la nota a 3 años, a lo que el mercado denota como curva invertida de tasas de interés, lo cual desde 1955 ha sido señal de que el ciclo económico expansivo ha llegado a su fin.

James Bullard, presidente de la Fed regional de St Louis, dijo recientemente que la curva invertida fue causada debido a que la Fed aceleró sus incrementos a la tasa de interés. Así, es probable que la Fed detenga el alza en la tasa hasta el 2019 para analizar mejor las condiciones económicas en Estados Unidos.

Cabe mencionar que se calcula, de acuerdo a la regla de Taylor, que EU debería tener una tasa de interés alrededor del tres por ciento. La Fed se ha tardado demasiado tiempo en regresarla a su nivel de equilibrio, razón por la cual la política monetaria acomodaticia pudo haber sido la causante de distorsiones en el mercado financiero que ahora se reflejen en la curva invertida de tasas y en el mercado de capitales.

La última de las señales es el promedio móvil de 50 días que se cruzó con el de 200 días en el índice Standard and Poor´s del mercado de capitales de Estados Unidos. Lo anterior es reflejo de un mercado a la baja y el mercado de capitales en el pasado ha sido bueno pronosticando, de manera bastante adelantada, lo que sucederá con el ciclo económico.

Además de todo lo anterior, está la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que supone un gran riesgo para la economía global, pues los chinos son grandes tenedores de bonos del Tesoro estadounidense y si hicieran una venta masiva de éstos, generarían un incremento súbito en tasa de interés, desacelerando la actividad económica en EU que tanto depende del crédito.

Hay que recordar que Trump quiere lanzarse para un segundo mandato y una recesión o desaceleración no son convenientes para ese fin, por lo que es probable que trate de aplicar medidas extraordinarias para incentivar a la economía. De lo prometido en campaña, aún le falta cumplir con el gasto en infraestructura, lo cual podría darle un impulso a EU. Sin embargo, con la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes es poco probable que se lo aprueben.

Por su parte en México, el IPC de la BMV se ha visto muy afectado ante la incertidumbre sobre las políticas de la administración entrante, en especial por el NAIM. Para México el mercado de capitales se espera cierre en terreno negativo este año y para el siguiente dependerá del desempeño de la economía estadounidense y de las políticas que aplique el gobierno de López Obrador. Como mínimo se espera una alta volatilidad.

La autora es economista en Jefe de Grupo Financiero BASE y profesora de economía en el Tec de Monterrey.

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