Responsabilidad social, el principal reto del presente y el futuro para la banca: Banorte

San Pedro Garza García. Reunir en una misma frase el concepto “responsabilidad social” y el nombre de un banco se antoja improbable. Y cuando se afirma que han sido las propias instituciones financieras las responsables de diseñar unos “Principios de Banca Responsable de las Naciones Unidas” resulta obligado voltear a ver, poner atención y preguntar.

Omar Saucedo /Marcos Ramírez Miguel, director general de Banorte, tiene su propia definición de lo que significa haber participado en la creación de tales principios

Más aún cuando el relato comienza señalando un detalle particular: un banco mexicano forma parte del grupo de 28 instituciones del mundo que dedicaron tiempo y recursos a definir estos principios, sobre los cuales pretende fundarse una nueva idea de lo que un banco es.

Tales principios, que forman parte de la Iniciativa Financiera del Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP FI, por sus siglas en inglés) fueron construidos a partir de una convicción: “la industria bancaria necesita definir y afirmar su rol y responsabilidades en la configuración y financiación de un futuro sustentable”.

Marcos Ramírez Miguel, director general de Banorte, tiene su propia definición de lo que significa haber participado en la creación de tales principios y trabajar ahora en su puesta en práctica: si no se adoptan estos criterios, asegura, “no va a haber un mundo donde hacer negocios. Por cualquier camino tienes que llegar a que tenemos que ser conscientes de esto, porque el otro camino nos va a llevar a que vamos a ser los mejores bancos de un país que no existe”.

Por esta razón, dice en entrevista para VANGUARDIA, Banorte ha participado, durante los últimos tres años, en el grupo de trabajo de la ONU al cual se le encomendó crear una guía cuyo propósito es “transformar el sector bancario para desempeñar un papel de liderazgo en el logro de los objetivos de la sociedad”.

Bancos “verdes”


El primer grupo de 130 bancos -establecidos en 49 países- que adoptaron los Principios de Banca Responsable (PBR) de la ONU suscribió el compromiso el pasado 22 de septiembre, en el marco de la Asamblea Anual de Naciones Unidas, en Nueva York. Estos bancos, entre los cuales está Banorte, son responsables de un tercio del monto total de todos los créditos que se otorgan en el mundo.

“Estamos entusiasmados —dice Ramírez cuando se le pregunta sobre la experiencia de ser el único banco mexicano fundador del proyecto— empezamos poniendo el pie en el agua queriendo entrar a los índices de sustentabilidad que hay en el mundo. Hay índices que nada más compran a empresas que son verdes o cumplen con ciertos requisitos. Entonces empezamos explorando ese camino, viendo qué se necesitaba para que los inversionistas pudieran considerarnos a nosotros en esos índices. Ya lo logramos; y de ahí ya nos quedó el gusanito de qué podemos hacer para dejarle un mejor país a nuestros hijos”.

Pero, ¿qué significa que un banco se vuelva “verde”? Esencialmente seis cosas, de acuerdo con los PBR:

Alinear su estrategia comercial con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo Climático de París; incrementar los impactos positivos y reducir los negativos derivados de su actividad; alentar prácticas sostenibles y permitir actividades económicas que creen prosperidad para las generaciones actuales y futuras; participar en el logro de los objetivos de la sociedad; establecer objetivos públicos relacionados con sus impactos más significativos y, ser transparentes al informar sobre la identificación de los impactos positivos y negativos derivados de su actividad.

“Mucha gente cree que está reñido el que seamos verdes con el que seamos productivos”, acota Marcos Ramírez, para explicar enseguida que, eventualmente, la banca tendrá que sacrificar ganancias en algunos casos, pero será para “atender necesidades o por dejar de hacer un proyecto que no le conviene a la sociedad”.

“A la larga -puntualiza- el mundo solamente va a funcionar si hay mundo y para que haya mundo tenemos que ser más conscientes de todo lo que significa la responsabilidad social que tenemos y ser un banco con principios tanto éticos como de banca responsable”.

El papel de la tecnología


En el logro de los objetivos expuestos la tecnología juega un papel relevante, explica Ramírez:

“La tecnología llegó para quedarse. Creo que podemos decir como un hecho que la banca móvil va a ser sustituto de muchísimas cosas”, asegura. Y aunque adelanta que en México seguirán operando las sucursales como las conocemos, los call centers y los cajeros automáticos, “cada vez más gentes van a utilizar la telefonía celular” para realizar operaciones bancarias.

Banorte, apunta, tiene como objetivo llegar al final del año 2020 con seis millones de usuarios de la banca electrónica, cuatro de los cuales realizarán sus operaciones a través del celular. “Vamos muy bien: empezamos en 200 mil y ya estamos en casi 2.6 millones”, afirma.

En esta ruta, explica, existen dos tipos de clientes: “los que nunca han usado un banco y son los que más fácil aprender a usar el celular… y los que ya conocían cómo operaba la banca antes” y les cuesta más trabajo adoptar la tecnología.

También está otro grupo -más pequeño, pero muy importante- que sufre de alguna discapacidad (visual, auditiva, motriz) para quienes deben diseñarse herramientas especiales que les permitan usar la banca electrónica desde sus dispositivos móviles.

Para ellos, explica el ejecutivo, Banorte ha adaptado una aplicación que permite operar la aplicación bancaria de diversas formas -soplando en el micrófono, dictando instrucciones o escribiendo- y con ello realizar las operaciones bancarias más comunes como verificar un saldo, obtener el estado de cuenta o realizar una transferencia.

La tecnología también permite transformar procesos internos para reducir el uso de papel, agua y energía, aspectos en los que la institución ya trabaja, asegura Ramírez, a través de iniciativas como paperless, que implica trabajar exclusivamente con documentos digitalizados a nivel central, por ejemplo.

Pero adicionalmente, señala, “30 mil compañeros de trabajo podemos ahorrar y hacer cosas” y después están los 12 millones de clientes que tiene el banco y a quienes habrá que concientizar, a través de sus campañas de difusión, acerca de la necesidad de asumir un compromiso con el medio ambiente.

El objetivo, reitera, es “dejarle un mundo digno a nuestros hijos”.

¿Qué pretenden los principios de Banca Responsable de la ONU?

  1. Definir, dar forma y asegurar el rol del sector bancario en la sociedad y economía del siglo XXI
  2. Fortalecer la confianza y el compromiso del cliente
  3. Permitir a los bancos demostrar y comunicar con credibilidad su propósito y contribución a la sociedad
  4. Establecer el punto de referencia global para la banca responsable y brindar una orientación práctica para lograrlo.

Tres características clave:

  1. Los bancos deben alinear sus políticas con los objetivos de la sociedad expresados en el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, los Objetivos del Desarrollo Sostenible y los marcos nacionales pertinentes.
  2. Los bancos deben establecer objetivos en las áreas en las cuales podrían tener mayores impactos.
  3. Los bancos deben ser transparentes y rendir cuentas a la sociedad mediante un proceso público de informes y revisión del impacto producido por sus acciones.