En Opinión: «El pánico de los gandallas» por Sócrates Campos Lemus

¡QUE CONSTE,…SON REFLEXIONES!

Hay días en que lo mejor es reflexionar, pensar, es algo que poco hacemos por esta vida llena de velocidad en donde creemos que el que no transa no avanza, que el que no es gandaya se queda fuera de la fila, donde los valores se dejan para otros días y se comunica uno poco con sus seres queridos y con los demás, hoy, pensando en el coronavirus, sostengo en que mucho más se dejarán de comunicar los seres humanos, ya no hay rostros en los que se lean las reacciones, solamente hay cubre bocas que se comercializan para no servir en la realidad, se hacen propuestas de compras de pánico en todos lados, nadie sabe bien a bien para que sirven lo que compran pero lo hacen sin sentido, solamente por miedo y por temor, por desconfianza a lo que digan los especialistas, cada quién brinda su versión del pánico y del miedo, somos una sociedad muy temerosa de la muerte y le tenemos pánico a la vida, solo creemos que lo “bonito” es bueno y que lo demás se debe de botar a la basura no importando su belleza interior, nos maquillamos y estamos atentos a la moda, es lo que nos ha dejado el solamente estar viendo la “caja idiota” y muchos ya ni siquiera se atreven a leer ni reflexionar, son pequeños mensajes que se toman como ciertos a pesar de que no digan nada solamente porque lo mandan a su teléfono o a su computadora, en fin, el miedo mata dos veces y esto es lo que parece pasamos cuando tenemos que enfrentar una crisis de salud, hay desconfianza absoluta en las instituciones, los políticos y sus ineficiencias han propiciado el que los sistemas se colapsen y se llegue a la desconfianza absoluta y ya pagaremos las consecuencias de las corruptelas, de las ineficiencias y de las luchas internas y de los “ahorros”, de la austeridad que no nos han mostrado que tengamos mayores medicamentos y salud, al contrario, la lucha ha sido para que los medicamentos escaseen en los hospitales y se encarezcan en las farmacias y como siempre, los paganos somos los jodidos, los del infeliciaje, mientras los políticos se culpan los unos a los otros y no hacen nada por resolver el problema…

Hace unos días algunos me preguntaban las razones por las que los medios no avanzan y se van en picada, les decía que es culpa de todos, los comerciantes de la comunicación se vendieron al mejor postor no a la verdad ni a la comunicación real, la deformaron, muchos comunicadores se enriquecieron con el tema vendiendo su conciencia y volteando a la manipulación y cayendo en el chayotismo, los lectores pues se perdían en la comodidad, solo escuchaban o veían la caja idiota y perdieron la costumbre de leer y solamente consultaban de rapidito el horóscopo para ver cómo les saldría el día y si andaba mal pues consultaban otros para mejorar lo que querían sin estar en la realidad, veían de rapidito la nota roja, los chismes y los escándalos, la nota roja convertida en política, y pues nadie pensaba en realidad sobre los temas que se deberían reflexionar, les importaba un comino el que un político fuera corrupto o mentiroso bajo la creencia de que todos son iguales y de que si están donde pueden robar pues serían muy pendejos si no lo hicieran porque al final nadie les creería que no robaron o no se enriquecieron y así fuimos perdiendo todo, nos dejamos robar porque nos convertimos en indiferentes y dejamos hacer por cobardes y conchudos. Cada quién que se rasque con sus uñas porque a mí nadie me ayuda salvo el compadre o el socio o el cómplice y lo demás pues me valen, esto es lo que nos sucedió a todos y dejamos que se fueran complicando las cosas, queríamos el título aunque no se tuvieron los conocimiento, preferimos al maestro barco al que exigía que estudiáramos, al gerente corrupto al gerente eficiente y honesto, al político que nos sonreía que al apolítico serio que nos decía y nos motivaba a pensar y a defender nuestros derechos, y ahora pagamos esto, por cobardes y conchudos, por indiferentes…

En fin, ahora vemos que en vez de tener una postura solidaria y fraterna todos nos aislamos atrás de la mascarilla o la máscara porque esto nos deja con nuestra inmensa soledad y en esa comodidad nadie nos molesta salvo que nos afecten las enfermedades o nos llegue el hambre por falta de empleo o por crisis general, cada quién busca salir adelante y se convierten en gandayas, en aquellos que siempre están a caza de joder para ellos no importando los demás, por eso compran en pánico no por precaución sino por miedo, pobres de nosotros y del país, mucho blablá y pocos resultados, mucho demandar los valores pero no ejercerlos… y bueno, pues hay vamos pateando el barco, consultado los horóscopos, viendo las notas del escándalo porque ahí pensamos que todos son iguales y todos son corruptos, ineficientes y mentirosos y con esto justificamos el no hacer nada, mantenernos en la indiferencia y en el chiquero de las ofensas y bueno para darnos esperanzas, pensar en los milagros, soñar en ellos, esperar las rifas y el dinero fácil, observar los desfiles de los “famosos” y pensar estar entre los miembros de la “alta y los de Aca” para soñar en los temas de los sociales y ver la moda y comentar sobre el vestido o el peinado o lo bien que se ve a pesar de la edad y lo cursi que se vio con ese vestido pasado de moda, en fin, nos perdemos en la nada, en lo que no vale, seguimos con miedo y buscando zonas de fuga que no nos hagan pensar ni actuar para con los demás y para los demás que es hacer algo para uno mismo, el egoísmo nos llegó y el verdadero mal no es el coronavirus, es el mal de nosotros mismos, la ambición y el gandayismo, y por ahí nos perdemos y estamos en la crisis, con miedo y esperando el que no nos pase nada, que se jodan los demás y cuando llegue si es que llega pues entonces decir:¿Por qué a mi Dios mió si yo no he hecho nada? Y pues por eso, por no hacer y estar en la pendeja, en la indiferencia, en el egoísmo y en el gandayismo, en la soledad y en la nada… pobres de nosotros los mexicanos que solamente andamos buscando cubre bocas cuando deberíamos comunicarnos y en la ayuda y solidaridad, pero andamos en la austeridad, en el gandayismo, en la ambición y el oportunismo.