Más de 208 mil temblores han sacudido a México en los últimos 31 años

En los últimos 31 años en México se han registrado más de 208 mil sismos, de acuerdo con datos del Servicio Sismológico Nacional, y este 19 de septiembre se cumplirá un aniversario más de dos terremotos –1985 y 2017– que devastaron la zona centro de la Ciudad de México y provocaron daños severos en edificios y decenas de muertos

Fuente: Sinembargo -Guadalupe Fuentes López / Foto Sinembargo

De 1990 al 16 de septiembre de 2021 han habido 208 mil 453 sismos, según las estadísticas del Servicio Sismológico Nacional (SSN). Los tres años donde ha habido más temblores son: 2018 (30 mil 407), 2020 (30 mil 130) y 2017 (26 mil 564).

Pero, ¿a qué se deben los sismos?, ¿por qué unos se perciben con mayor fuerza que otros?, ¿es cierto que tiembla más en septiembre? Científicos de la UNAM y del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT ) hablaron con SinEmbargo en relación a estos y otros temas.

¿A QUÉ SE DEBEN LOS SISMOS?

De acuerdo con el doctor José Alfredo Ramos Leal, jefe de la división de Geociencias Aplicadas del IPICYT, la percepción de un sismo depende de al menos tres factores fundamentales: Magnitud (que es la cantidad de energía liberada en la fuente o punto de ruptura); Profundidad de la fuente (hipocentro) y Proximidad de asentamientos poblacionales cerca del epicentro (proyección de la fuente en la superficie de la tierra).

“Los sismos pueden tener diferentes orígenes y dependiendo de esto estará relacionado con su intensidad, los más comunes son los sismos de origen tectónico, esos se conocen en los límites de placas tectónicas, hacia el Pacífico tenemos la Placa de Cocos en los estados de Guerrero, Oaxaca y Jalisco. Cuando las placas se mueven hay una ruptura, un leve movimiento de esas dos placas y se libera esta energía en forma de ondas”, explicó Ramos Leal.

Gráfico UNAM

Es decir, una de las principales causas de los sismos es la interacción de las placas tectónicas que forman la tierra, pero esto no es el único elemento ya que en el subsuelo pueden acumularse grandes concentraciones de energía en las rocas, que servirían para detonar en un sismo.

“Tenemos sismos asociados a otros procesos como lo es la actividad volcánica y también se deben al hundimiento que se presenta cuando en el subsuelo ha ocurrido erosión provocado por el agua subterránea creando vacíos en el subsuelo que por el peso de la parte superior cede, generando vibraciones en las cercanías del terreno”, explicó el también doctor en Geofísica por la UNAM.

Fallas geológicas a tres kilómetros de Jaral de Berrios (límite entre SLP y Guanajuato). Foto: IPICYT.

El doctor Raúl Valenzuela, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, precisó que una cosa es la magnitud (medida cuantitativa) y otra la intensidad del sismo:

“La intensidad para un mismo sismo va a ser variable dependiendo de qué lugar del país o del mundo nosotros nos encontremos. Inclusive dentro de la misma Ciudad de México un mismo sismo puede tener diferentes valores de intensidad y esto tiene que ver con que construimos la ciudad en un lago que fuimos secando con el paso del tiempo, lo que nos dejó un tipo de suelo muy blando que tiene la particularidad de amplificar la fuerza de la sacudida. Sin embargo, hay otras zonas donde no está tanto y los efectos son mucho menores que en la zona del lago”.

¿CUÁNTOS TIPOS DE SISMOS HAY?

Investigadores del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica explican que se pueden clasificar en tres tipos:

–Superficiales. Son aquellos terremotos cuyo foco no va más allá de los 70 kilómetros de profundidad. Los terremotos superficiales son también los más frecuentes y generalmente el hipocentro se ubica entre los 5 y 25 kilómetros de profundidad.

–Intermedios, Cuando el foco ocurre a una profundidad entre 70 y 300 kilómetros de profundidad.

–Profundos. Estos eventos sísmicos tienen su foco fuera de los límites de la litósfera, a más de 300 kilómetros de profundidad. Son casi imperceptibles debido a la lejanía con la superficie terrestre y también son menos frecuentes.

Imagen del sismo de 1985 que devastó la Ciudad de México. Foto: Cuartoscuro.

El doctor Raúl Valenzuela, de la UNAM, señaló que desde el punto de vista físico, todos los sismos son de un solo tipo porque se producen sobre ciertos planos de fallas y necesitan ese movimiento brusco entre un lado y otro de la falla, pero si consideramos la ubicación geográfica de los sismos tenemos los interplacas e intraplacas.

“El sismo interplaca quiere decir que se junta una placa tectónica con otra y el intraplaca se fractura una sola placa”, describió. “Por ejemplo, el sismo de 1985 fue interplaca porque ocurrió en el contacto entre la placa de América del Norte y la de Cocos con epicentro cerca del Puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán. A diferencia del sismo del 19 de septiembre de 2017 que también afectó a la Ciudad de México y fue de tipo intraplaca, en el cual solo la placa de Cocos tuvo ese fracturamiento. Eso tiene implicaciones en cómo se afectan los edificios”.

¿ES VERDAD QUE EN SEPTIEMBRE HAY MÁS SISMOS?

En la memoria colectiva de los mexicanos existe la creencia de que septiembre es el mes en donde ocurren los sismos más fuertes, sin embargo, científicos del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM aclaran que en los últimos 100 años se han registrado 11 sismos fuertes en septiembre, 12 en diciembre y 10 en junio.

“En los últimos 70 años, septiembre ha ocupado un lugar preponderante en la ocurrencia de sismos fuertes, pues casi la tercera parte de los sismos de magnitud mayor a 7 han ocurrido este mes, sin embargo, si nosotros lo analizamos desde una escala más correcta, diciembre es el mes donde han ocurrido de magnitud mayor o igual a 7 en los últimos 120 años”, explicó Luis Quintanar Robles, Jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM durante una conferencia realizada por la Máxima Casa de Estudios.

Un trascabo en el edificio que colapsó sobre Álvaro Obregón 286 de la colonia Roma tras el sismo del 19 de septiembre de 2017. Foto: Cuartoscuro.

Los investigadores de la UNAM y del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica destacan que es una coincidencia de que en septiembre hayan ocurrido los sismos donde ha habido mayor devastación.

“Hemos tenido desde septiembre del 85 una serie de sismos que por pura coincidencia han ocurrido en el mes de septiembre, pero desde el punto de vista de la sismología no existe una razón particular por la cual más sismos se registren en este mes. Hay que hacer un poco de memoria: el 23 de junio de 2020 tuvimos un sismo con epicentro muy cerca de Huatulco; el último sismo con una magnitud parecida al del 7 de septiembre, y también con epicentro muy cerca de Acapulco, fue en mayo de 1962. Otros sismos que causaron daños en la CdMx fue el de julio de 1957, al que nos referimos como el ‘sismo del Ángel’ porque derribó la cabeza del Ángel de la Independencia y el ‘sismo de la Ibero’ en marzo de 1979”, expuso el doctor Raúl Valenzuela, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.

¿CUÁLES HAN SIDO LOS SISMOS MÁS FUERTES?

Históricamente han habido al menos cinco sismos, dos de ellos en el mismo año, que han causado severos daños, tanto en viviendas como pérdidas humanas. Aquí una breve descripción de cada uno:

–Año 1787

El 28 de marzo de 1787, dos años antes del estallido de la Revolución Francesa, un sismo de magnitud de 8.6 se registró cerca de las 11:00 horas en las costas de Oaxaca.

A este sismo también se le conoce como “El gran tsunami mexicano” porque causó uno de los mayores daños en la historia de Oaxaca al inundarse todo a su paso hasta seis kilómetros tierra adentro. Actualmente, un reporte de la UNAM, publicado también en la revista Nature–Scientific Reports, comprueba el fenómeno natural con evidencias geológicas.

María Teresa Ramírez, investigadora del Instituto de Geografía y autora de dicho documento, dijo en una entrevista para UNAM Global publicada en 2020, que encontró a gran detalle narraciones de cómo se inundó la costa a lo largo de Oaxaca y Guerrero.

De acuerdo con su investigación, el agua entró un kilómetro y medio a tierra, pero en las páginas históricas se narra que el tsunami llegó hasta cinco kilómetros de la costa.

–Año 1957

Es conocido como “el sismo del Ángel” debido a que el movimiento telúrico del 28 de julio de 1957 provocó la caída del monumento inaugurado en 1910 por Porfirio Díaz en la Ciudad de México.

El sismo ocurrió a las 02:44 horas a 90 kilómetros al suroeste de Acapulco, Guerrero, y a 341 kilómetros de la Ciudad de México. La zona centro de la República Mexicana fue la más afectada, en especial la Ciudad de México en donde se registró un saldo de 700 muertos y 2 mil 500 heridos.

–Año 1985

Uno de los sismos que se encuentra en la memoria colectiva de los mexicanos es el del 19 de septiembre de 1985 debido a que el temblor de magnitud 8.1 provocó que en la Ciudad de México se cayeron decenas de edificios y murieran miles de personas. La cifra oficial de muertos fue de 3 mil 192, pero otras estimaciones señalan que entre 10 mil y 20 mil personas perdieron la vida durante el sismo y su réplica que sucedió al día siguiente.https://www.youtube.com/embed/ZMT5dxx1k0o

–Año 2017

En el año 2017 se registraron dos sismos –7 y 19 de septiembre–, de magnitud 8.2 y 7.1 respectivamente. El primero tuvo su origen en el golfo de Tehuantepec, a 133 kilómetros al suroeste de Pijijiapan, Chiapas, y provocó daños en viviendas y muertos en Oaxaca (79), Chiapas (16) y Tabasco (4).

El segundo sismo que ocurrió en 2017 fue el 19 de septiembre, justo 32 años después del terremoto de 1985.

El sismo de magnitud 7.1 y con epicentro entre Puebla y Morelos dejó 369 muertos, 228 de ellas en Ciudad de México.

Toma aérea del predio de Amsterdam y Laredo, colonia Hipódromo, en donde se derrumbó un inmueble en el sismo de septiembre de 2017. Foto: Cuartoscuro.