La UE todavía debe discutir cuál es su plan ante la llegada del invierno y la posible reducción de gas.
Las naciones de la Unión Europea discutirán la mejora de sus planes de contingencia de invierno en una reunión de emergencia el 26 de julio a medida que aumentan los temores de que Rusia corte el suministro de gas al bloque.
Lo más probable es que las conversaciones se centren en la propuesta de la Comisión Europea de coordinar los esfuerzos para reducir la demanda de gas, impulsar el ahorro de energía y prepararse mejor para una suspensión total de los envíos desde Rusia, el mayor proveedor de la región, según dos diplomáticos de la UE, que pidieron no ser identificados al hablar de políticas. El brazo ejecutivo de la UE debe revelar su plan el 20 de julio.
El mayor desafío de la UE este invierno es garantizar que haya suficientes reservas de gas para superar la demanda máxima de calefacción y energía. Esas acciones también sirven como un amortiguador que permite que el gas se mueva a través de las fronteras dentro de la UE para garantizar que todos los países miembros tengan suficiente suministro. La industria ha advertido que el próximo invierno puede ser aún más difícil si Moscú detiene los flujos, ya que el bloque tiene opciones limitadas para importar gas de otros lugares.
Las restricciones en los envíos rusos han afectado a 12 estados miembros y llevaron a Alemania a elevar su alerta de riesgo de gas al segundo nivel más alto de “alarma”. Las proyecciones de la UE de este mes mostraron que, si bien las tasas de llenado del almacenamiento de gas se dirigen a alcanzar el 90 por ciento para el 1 de noviembre, ese nivel caería por debajo del 75 por ciento si se cortan los flujos rusos.
La comisaria de energía del bloque, Kadri Simson, instó el mes pasado a los estados miembros a aumentar el ahorro y la eficiencia energética para minimizar la amenaza del racionamiento de gas. El paquete de preparación planificado propondrá medidas para reducir la demanda de manera preventiva, dijo. También ofrecerá orientación a los Gobiernos para identificar sectores críticos donde la reducción tendría un impacto transfronterizo en las cadenas de suministro europeas o incluso globales.
