Es el colmo que Alfredo Castillo no formara campeones en 16 meses

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Alfredo Castillo asumió la CONADE en agosto de 2015. ¿Habrá quien crea que los resultados en Río se deben a lo hecho en el deporte organizado desde entonces?

Ningún factor que explique el mal desempeño mexicano es de hechura reciente.

Para entender qué se necesita para forjar campeones olímpicos, analicemos el caso de Estados Unidos. Veamos el caso de la natación.

En Nueva York hay un equipo, Asphalt Green que es una organización sin fin de lucro que cuenta con una alberca olímpica, entre sus instalaciones. Cada año, organizan una competencia de un día, llamada “The Big Swim”, donde dos mil niños nadan 25 metros. Los entrenadores del club estarán viendo si entre ellos hay alguno con potencial, al que “becarán” por un año, donde entrenarán entre 6 y 8 horas por semana.

A los 14 años, tendrán que cumplir con un mínimo de ocho entrenamientos de dos horas a la semana (algunas sesiones dobles, de 5:30 a 7:30 en la mañana, y nuevamente de 5:30 a 7:30 en la tarde).

Conforme bajan tiempos, son parte de equipos que van a competencias más difíciles. AG tiene a más de 200 nadadores, de 8 a 18 años en sus equipos. Típicamente, a los 18 seguirán nadando en sus respectivas universidades, los mejores obtendrán una beca.

En los 32 años que lleva AG de existir, habiendo pasado por sus filas miles de nadadores, han logrado tener a una nadadora olímpica, que participó en los relevos 4 X 100 de Beijing (medalla de bronce), y Río (plata).

El objetivo de un club así no es formar nadadores olímpicos, es que miles de jóvenes reciban entrenamiento formal, practiquen deporte en forma organizada, adquieran la disciplina implícita de entrenar diariamente, sean parte de un equipo, y vivan el resultado del esfuerzo diario que se traduce en ir bajando tiempos muy poco a poco. La mitad de sus nadadores proviene de familias de escasos recursos, y reciben apoyo de fundaciones. En muchos casos, la natación les abre el camino para ir a la universidad.

USA Swimming, la federación de natación, agrupa a 3,800 equipos como AG, con 400 mil nadadores agremiados. Todos los fines de semana sancionan docenas de competencias en todo el país, siempre en albercas bien equipadas, con jueces oficiales, cronómetros electrónicos, y entrenadores profesionales apoyándolos.

Esos miles de nadadores sueñan con mejorar sus tiempos para asistir a competencias cada vez más prestigiosas. El nivel más alto se denomina “Olympic Trials”, y quiere decir que se es suficientemente rápido para tener derecho a ir a la competencia donde se elegirá al equipo para Olimpiadas y Mundiales. Para Río, 1,790 nadadores dieron la marca. En cada prueba, sólo el campeón y subcampeón formarán parte del equipo olímpico estadounidense.

Este equipo ganó 33 medallas, 16 de oro (el resto de los países sumado ganó 17). Casualmente, el relevo femenil 4 X 100 combinado obtuvo la medalla de oro número mil en la historia de la participación olímpica estadounidense, 246 provienen de la natación.

Las medallas que se cosechan hoy son resultado no del último año, sino de décadas de estructuras funcionales, de recursos asignados con eficiencia, instalaciones adecuadas, entrenadores, y competencias bien organizadas.

Estados Unidos mandó casi 50 nadadores a la Olimpiada, casi todos ganaron medalla. México mandó tres, uno creció en Estados Unidos, y ninguno calificó para finales. No conozco el número de afiliados a la Federación Mexicana de Natación, pero en algún momento vi que en el Sinaloa había 200, y quizá podríamos contar con los dedos de una mano las albercas con que cuentan que podrían albergar una competencia oficial. Me sorprendería que sean más de dos o tres.

Le pregunto: ¿A cuántos jóvenes mexicanos conoce que entrenen diariamente algún deporte organizado? ¿Usted cuántos deportes formales jugó (con uniformes, árbitros profesionales, etc.)? ¿Cómo eran las instalaciones deportivas de la escuela y universidad donde estudió?

¿A cuántos papás conoce dispuestos a llevar diariamente a sus hijos a entrenar a las cinco de la mañana?

Sí, hagamos que el exprocurador, abogado y político (¿habrá competido en algún deporte?) Alfredo Castillo comparezca, para que nos explique por qué él no logró en 16 meses en el cargo que México formara un equipo olímpico que ganara medallas. Será un espectáculo surreal, vergonzoso y típicamente mexicano.

Démonos cuenta, de una vez por todas, de que no hay soluciones mágicas, ni instantáneas, y que todo éxito real implica esfuerzo constante, estructuras estables y sólidas, planes de largo plazo, y apoyo que llegue a donde debe, sin atorarse en los bolsillos del compadre directivo en turno.

Para los atletas mexicanos, mi más sincera felicitación. Hicieron un papel digno, compitiendo contra los mejores del mundo, a pesar de que en la gran mayoría de los casos, jamás contaron con un mínimo de apoyo. ¡Enhorabuena!

Twitter:@jorgesuarezv