En Opinión: «Funcionarios y legisladores Morenos; nexos criminales» por Alfredo Martínez de Aguilar

  • * La 4T permite que amigos y colaboradores de Andrés Manuel López Obrador estén probablemente involucrados con las diversas modalidades de la delincuencia organizada.

Al margen del voluntarismo, del gobierno nacionalpopulista de la 4T, la globalización llegó para quedarse al igual que su jerga financiera. Conceptos como PIB son de uso obligado global diario.

A pesar de sus aparentes filias y fobias, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, lo sabe perfectamente bien, y lo aprovecha a su favor comprando millones de votos de los pobres.

Permite, además que muchos de sus amigos y colaboradores estén probablemente involucrados con la delincuencia organizada a lo largo y ancho del territorio nacional, de frontera a frontera.

Oaxaca y los seguidores de AMLO en Oaxaca no son la excepción, por supuesto, como lo dejan entrever las presuntas actividades ilícitas de la tribu del senador de Morena Salomón Jara Cruz.

Pero no es el único caso, con todo y ser el más destacado y conocido, desde sus andanzas en el PRD y la operación de la quebrada Mexicana de Aviación, según los reportes de inteligencia.

Otro caso connotado es el del indiólogo mixe, más que indigenista y defensor de los indígenas, Adelfo Regino Montes, director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

¿Cómo pasar por alto que la mano negra del asesor del EZLN mece la cuna de la violencia en entidades del sur-sureste, Guerrero y Chiapas, pero especialmente en el estado de Oaxaca?

De manera particular se siente su malsana presencia en municipios de la zona Mixe, sobre todo, en el prefabricado conflicto entre San Pedro y San Pablo Ayutla-Tamazulapan del Espíritu Santo.

A primera vista, ambos casos y el de muchos otros ex convergentes, ex perredistas, ex panistas y por ahora, morenistas, pareciera una traición al no robar, no mentir y no traicionar, no lo es.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobierno nacionalpopulista de la Cuarta Transformación 4T y su versión de PRIMOR, no lo ignora y se ha beneficiado de esta complicidad.

¿Cuál es el trasfondo de la prolongado “guerra por el agua” entre Ayutla y Tamazulapan, Mixe? No es otro que el cultivo y tráfico de mariguana, amapola y goma de opio, base de la heroína?

El móvil es la probable protección de los incondicionales de Adelfo Regino, con nexos con la presunta delincuencia organizada que opera en los límites de Oaxaca, Chiapas y Veracruz.

Hoy, más que nunca, el director general del INPI cuenta con la complicidad de células públicas y clandestinas de activistas y milicianos de la Sección XXII-CNTE, ONG’s y organizaciones sociales.

En tales condiciones, el prefabricado conflicto entre San Pedro y San Pablo Ayutla-Tamazulapan del Espíritu Santo, no es un tema menor, por el contrario, es un asunto de seguridad nacional.

Ciertamente, tiene como uno de sus ingredientes, inicialmente los conflictos agrarios por límites, como resultado de la invasión y despojo de tierras comunales, para dedicarlas a los narco cultivos.

No obstante, los organismos de inteligencia no desconocen que la nueva ruta de muchos tráficos, indocumentados, armas y drogas, en Oaxaca, es la zona mixe, limítrofe con Chiapas y Veracruz.

El gabinete de seguridad pública federal y estatal tiene muy presente que la posición geográfica de México y la inserción del país en la globalización es estratégica para la delincuencia organizada.

La transnacionalización del crimen organizado se ha facilitado por factores sociales, económicos y demográficos internos, y la crónica impunidad y deficiente actuación del aparato de justicia.

Estos factores se agravan y desbordan la delincuencia organizada, por la carencia de un marco normativo adecuado para enfrentarla desde la perspectiva de la política de seguridad ciudadana.

La irrupción del crimen organizado amenaza todos los días la paz y la tranquilidad de la población y pone a prueba la fortaleza de las estructuras de seguridad e instituciones jurídicas y políticas.

El mayor problema del crecimiento desproporcionado de las actividades ilícitas es privilegiar la pax narca, es decir, el pacto inocultable del gobierno de López Obrador con la delincuencia organizada.

Nada nuevo ni extraño en las dirigencias nacionales, estatales y municipales del Partido Morena, puesto que antes como PRD postuló como candidatos a probables conocidos narcotraficantes.

El crimen organizado existía antes de la globalización, pero sus actividades se veían limitadas por las dificultades que imponían las políticas monetarias y cambiarias y las restricciones a la circulación de divisas.

La desregulación de los mercados financieros y el surgimiento y expansión de los paraísos fiscales facilitó la monetización de sus ganancias en divisas convertibles y fue un estímulo gigantesco a su empresarización multinacional.

Según diversas investigaciones, hoy el mercado mundial de la droga supera en valor al del petróleo y en los paraísos fiscales hay depósitos equivalentes a 15 por ciento del PIB mundial y a más de 40 por ciento de la riqueza financiera global.

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