En Opinión: «La inflación ya no será exclusivamente un fenómeno monetario» por Edmar Ariel Lezama

Foto: Staff Forbes Y Getty Images

Al revisar las últimas cifras de inflación para México, el dato de 7.05% a tasa anual no sólo resulta preocupante, sino también, el más alto de los últimos veinte años.

Al revisar las últimas cifras de inflación para México, el dato de 7.05% a tasa anual no sólo resulta preocupante, sino también, el más alto de los últimos veinte años.

Ante una cifra como la mencionada, vale la pena reflexionar en torno a la discusión teórica que se ha tenido sobre inflación en los últimos años., la cual ha estado dominada sobre la idea de que un aumento en la oferta monetaria (dinero en efectivo y cheques que circula en la economía) aumentará la producción en el corto plazo y la inflación en el largo plazo, por lo que la tasa de interés es un mecanismo adecuado para el control de precios.

Aunque lo anterior es un concepto teórico válido, resulta necesario analizar el entorno actual y determinar si estamos ante factores diferentes que pueden afectar los precios en el corto y mediano plazo.

Uno de esos entornos es el factor espacio y climático, los cuales han sido poco considerados por la teoría económica en la explicación de fenómenos monetarios. Hoy la producción de alimentos está ante el reto de producir más en el mismo espacio físico, ya que, de no poder hacerlo, estaría afectando el espacio de otros ecosistemas, así como reduciendo el tamaño de las zonas habitables en todo el mundo.

El factor espacio para producir no es el único problema que está enfrentando la agricultura moderna, debido a que el factor climático empieza a jugar un papel determinante en la cantidad de alimentos que se están produciendo.

Sequías o temporadas más largas de huracanes terminan por afectar y reducir la cantidad de productos del campo que se producen año con año, lo cual se traduce en escasez de bienes y en un alza de los precios de bienes primarios y que no es posible corregir al momento de hacer variaciones en la tasa de interés por parte de los bancos centrales.

Otro elemento a considerar en el tema no monetario de la inflación es el de la pandemia, la cual ha cortado con cadenas de suministros y atrasado la producción de ciertos insumos clave que facilitan la producción de bienes de todo tipo.

Además de los insumos, existe un factor importante que no está siendo considerado y es el de la mano de obra. Debemos aprender que el factor trabajo no es homogéneo y no lo será de aquí en adelante por mucho tiempo.

No sabemos la cantidad exacta de trabajadores especializados que el mundo perdió derivado de problemas en los sistemas de salud del mundo, así como las habilidades físicas que se han perdido por parte de la población recuperada y que se encontraba ya en el mercado de trabajo.

Esas afectaciones han hecho que las cadenas de producción comiencen a funcionar de manera muy irregular e intermitente, ya que, el factor trabajo en ciertas industrias resulta muy difícil de reemplazar debido a las condiciones de especialización que se requiere, lo cual ha ocasionado que los precios finales terminen incrementándose.

Además del factor trabajo y climático, existe un escenario que puede observarse en el mediano plazo y tiene que ver con que al no ser ya la inflación un fenómeno únicamente monetario, cada país la padecerá de manera diferente de acuerdo a las condiciones internas y estructurales que tenga.

Debido a lo complejo de la producción en este momento, la cantidad y tipo de bienes importados determinarán la inflación en cada región del mundo. Habrá bienes más necesarios que otros, por lo que esos bienes tendrán un sobre precio en el mercado, el cual se transferirá a los consumidores afectando la tasa de inflación en ese país.

El que un país sea capaz de producir esos bienes o no (cierto tipo de maquinaría o bienes de capital) determinará la tasa de inflación en cada nación, existiendo una más baja para aquellos que los producen y una más alta para quienes los importan.

Al final, los tres elementos mencionados aquí son problemas que afectarán los precios en el corto y mediano plazo y que no necesariamente una subida en las tasas de interés podrá solucionar el problema, tal como se ha manejado desde cierta corriente teórica.

Contacto:

Correo: alezamar@economia.unam.mx