En Opinión: «La economía que recibe López Obrador»

Cesáreo Gámez, es profesor de la Facultad de Economía de la UANL.

Desde una perspectiva sexenal, las tasas de interés de referencia (TIIE) registraron un incremento superior a tres puntos porcentuales, al pasar de 4.85 a 8.17 por ciento entre diciembre de 2012 a octubre de 2018.

El Presidente entrante Andrés Manuel López Obrador recibe una economía con incertidumbre en los mercados financieros, crecimiento moderado y un considerable incremento en la confianza de los consumidores y demás agentes económicos, aunque afectada seriamente por la inseguridad y la corrupción, de acuerdo a los diversos indicadores disponibles.

En los mercados financieros, una serie de declaraciones desafortunadas entre los colaboradores del Presidente electo, han provocado reacciones adversas en el comportamiento del Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, así como en el tipo de cambio.

Desde una perspectiva sexenal, las tasas de interés de referencia (TIIE) registraron un incremento superior a tres puntos porcentuales, al pasar de 4.85 a 8.17 por ciento entre diciembre de 2012 a octubre de 2018.

El tipo de cambio registró una depreciación de 61.6 por ciento en el sexenio que termina, pasando de 12.87 pesos en diciembre de 2012 a 20.80 pesos por dólar actualmente, todo esto enmarcado en una inflación acumulada de 25.9 por ciento en el periodo considerado.

En cuanto al comportamiento de la actividad productiva, el producto interno bruto (PIB), principal indicador de la economía, creció 10.5 por ciento desde el primer trimestre de 2013 hasta el tercer trimestre del año en curso, lo que significa un crecimiento promedio ligeramente inferior a dos puntos porcentuales.

Sin embargo, como sucede siempre, el crecimiento del PIB esconde fuertes diferencias entre los distintos sectores. Así, vemos que los sectores más dinámicos de la economía se ubican en el sector terciario, destacando los servicios financieros, que se incrementaron 71.9 por ciento en el sexenio, la información en medio masivos (64.1 por ciento) y los servicios de hotelería y alojamiento, con 23.8 puntos porcentuales.

Por otro lado, la producción en el sector agropecuario disminuyó en -17.5 por ciento y la minería se contrajo en 23.0 puntos porcentuales durante el sexenio pasado.

En lo referente a los mercados laborales, durante la administración de Enrique Peña Nieto la población ocupada creció 10.7 por ciento, pasando de 51.3 millones en el último trimestre de 2012 a 55.9 millones en el tercer trimestre de 2018.

En cambio, la población desocupada en el país disminuyó en 22.5 por ciento en el lapso mencionado, ubicándose en un millón 934 mil mexicanos y mexicanas en el tercer trimestre del presente año. Como resultado, la tasa de desocupación bajó de 4.9 a 3.5 por ciento de la población económicamente activa en el periodo mencionado.

Un aspecto favorable para el nuevo mandatario es el incremento en la confianza de los consumidores y demás agentes económicos que se ha registrado desde las elecciones que tuvieron lugar el pasado mes de julio.

El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se incrementó 14.7 por ciento entre julio y octubre, destacando la perspectiva de los consumidores sobre la situación del país dentro de doce meses, que creció 26 puntos porcentuales en el periodo considerado, Un comportamiento similar se observa en los índices de confianza empresarial que se elaboran para la industria manufacturera, el sector comercio y la construcción.

El aspecto más negativo que tendrá que enfrentar la nueva administración es la inseguridad percibida tanto por ciudadanos como empresarios en México. De acuerdo con la encuesta nacional sobre inseguridad, tres cuartas partes (75.9 por ciento) de los ciudadanos mexicanos adultos considera que vivir en su ciudad es inseguro.

Por otro lado, la encuesta sobre victimización de empresas detectó que en 2017 la tercera parte (33.7 por ciento) de las empresas mexicanas fueron víctimas de algún delito.

Asociados con la inseguridad existen otros problemas, como la impunidad y la corrupción que se ha detectado en diversas organizaciones y personajes públicos.

En resumen, López Obrador recibe una economía en un estado relativamente estable, con apreciables indicadores de confianza entre los agentes económicos y serios problemas de inseguridad, corrupción e impunidad.

Los ojos y la atención de todo el país estarán puestos en el nuevo régimen, esperemos que se tomen las decisiones adecuadas y que se pueda retomar el camino del crecimiento sostenido y sus efectos en el bienestar de la población.

El autor es economista dela UANL, con Doctorado en la Escuelade Graduados de Administración y Dirección de Empresas (EGADE) del ITESM. Es profesor de la Facultad de Economía de la UANL y miembro del SNI-Conacyt.

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