Urge Jiménez Espriú a ingeniería distanciarse de la corrupción

Al aceptar su incorporación como Académico Correspondiente de la Real Academia de Ingeniería de España (RAIE), Javier Jiménez Espriú, aseguró que la ingeniería y la construcción puede desarrollarse sin trastocar la nobleza de la profesión y sin que se vincule con la corrupción.

En su alocución manifestó que una de la consecuencia naturales de la ingeniería, son las empresas de construcción, algunas de las cuales han flexibilizado sus escrúpulos a extremos tales, que en muchos países las palabras construcción y corrupción, aparecen en el imaginario colectivo como sinónimos, lo que ha provocado una especie de quiebra del crédito profesional.

Por ello, urgió a que la profesión de ingeniero, en todo momento, debe constituir una institución de calidad pura y de ética total, indivisible, inquebrantable y sin interpretaciones cómodas.

Aseveró que la realidad que hoy se vive, hace necesario insistir y persistir en una cruzada interior y exterior por la dignificación profesional y gremial, a la que hoy incorpora su armadura, el grado de Académico Correspondiente de la Real Academia de Ingeniería de España.

Jiménez Espriú estableció que la historia puede relatar éxitos notables e imperecederos y en el futuro está plena de oportunidades mayores, que deben deparar a España y México y a los profesionales de la ingeniería con múltiples formas de colaboración, entendidas en términos de solidaridad, de fraternidad, de apoyo mutuo, de equidad, de encuentro verdadero, que sin dejar de considerar válida la existencia de los intereses legítimos de quienes emplean la ingeniería con fines mercantiles, sean garantes de que éstos no trastoquen la nobleza de la profesión.

Al pronunciar su discurso de ingreso “El mestizaje de nuestras ingenierías y el choque j del siglo XXI”, Jiménez Espriú hizo una descripción del estado del arte en la época precortesiana, de lo que hoy se llama ingeniería.

Sostuvo que el ingenio y la creatividad de los mesoamericanos para encontrar las soluciones adecuadas a los problemas de su vida cotidiana, que incluían ya el aprovechamiento y el cuidado del medio ambiente, son impresionantes: Soluciones en edificación, con cimentaciones en zonas pantanosas y sísmicas; el cálculo estructural para edificios de varios pisos; sus aplicaciones del talud; el arco maya, sus sistemas de irrigación, sus acueductos abiertos, cerrados y de doble caño; los desagües urbanos, entre otras.

Afirmó que no menos rica es la herencia de los años de la Colonia y del México Independiente, de la que surge el mestizaje profesional que hermana a México y España.

El nuevo Académico Correspondiente de la Real Academia de Ingeniería de España comentó que en la Colonia surgieron los antecedentes de lo que hoy se llama ingeniería: Minera, Geológica, Mecánica, Química e Industrial y evoluciona la hoy llamada ingeniería Civil.

Recordó que hace 228 años se estableció en la Nueva España, el Real Seminario de Minas, primera casa de la ciencia en el Continente Americano, en la que se enseñaron con orden y concierto: la química, las matemáticas, la física.

El ingeniero Jiménez Espriú precisó que el seminario que inició sus trabajos en la casa # 90 de la hoy calle de Guatemala se trasladó al Palacio de Minería, cuna, sede y símbolo de la ingeniería mexicana, obra extraordinaria del Neoclásico, del arquitecto valenciano Manuel Tolsá.

Colegio de Minas, subrayó, anterior incluso al de Madrid, que otorgó por primera vez, en 1843, el título de ingeniero al convertir a los Peritos Facultativos de Minas que salían del Colegio, en Ingenieros de Minas.

En la ceremonia acompañaron al Jiménez Espriú: sus tres hijos; su nieto; el presidente electo de la Unión Panamericana de Asociaciones de Ingenieros, Dr. Salvador Landeros Ayala; el representante de la Academia de Ingeniería, Ing. Gerardo Ferrando Bravo, y el ministro representante de la Embajada de México en España, Juan Agustín Alberro.

Por la parte española: el presidente de la Real Academia de Ingeniería de España, Antonio Colino Martínez; y el expresidente Aníbal R. Figueiras, quien hizo la introducción Laudatio del nuevo académico, entre otros invitados.