En Opinión: “AMLO será derrotado en 24 por el Ejército del Papa” por Alfredo Martínez de Aguilar

* A pesar de ser consumado y contumaz animal político, el presidente Andrés Manuel López Obrador, pasa por alto que 77,7% de la población mexicana se adscribe como católica, lo cual representó 97,9 millones de votos mexicanos.

* Los soldados de la Compañía de Jesús, no temen a la muerte. Tampoco a ser agredidos, desaparecidos o asesinados por el narcotráfico y el crimen organizado, y para enfrentarles cuentan con el apoyo de grupos armados guerrilleros.

(In Memoriam del cumpleaños de don Juan, mi papá grande, viejo abuelo, de quien en lo alto de la pirámide del Observatorio de Mote Albán aprendí de niño la inmensa riqueza de la cosmovisión y cultura zapoteca-mixteca, en las oscuras noches de los solsticios de verano e invierno)

La genial cuanto perversa estrategia “abrazos, no balazos” para sembrar terror y facilitar el control autocrático para gobernar México de manera autoritaria empezará a tocar fondo con la ejecución de los jesuitas.

El Sistema Universitario Jesuita (SUJ) cuenta en México con un millón de votos en sus cinco universidades y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). En la Ibero surgió la consigna #YoSoy132 contra Enrique Peña Nieto.

«México salpica sangre por tanta violencia, muertos, desaparecidos y extorsiones; los índices del crimen se han desbordado», afirma el Obispo Ramón Castro, Secretario General dela Conferencia del Episcopado Mexicano.

La comunidad Jesuita de México denunció el asesinato de Javier Campo Morales y Joaquín César Mora Salazar, en el templo de la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, en la sierra de Chihuahua.

Tras cometer el crimen, José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, con la ayuda de otros sicarios, se llevaron los cadáveres de los dos religiosos del lugar, mismos que ya fueron localizados y reciben honras fúnebres.

“El Chueco”, es jefe de operaciones de ‘Los Salazares’, sicarios del cartel de Sinaloa en esa zona, ejecutores de la periodista Miroslava Breach Velducea y protegidos del ex gobernador del PAN Javier Corral Jurado.

Para evitar mayores problemas, seguramente, en breve, el propio cartel de Sinaloa lo entregará a las autoridades federales para después ser extraditado, a menos que prefieran ejecutarlo para callarle.

Enloquecido por su soberbia, Andrés Manuel López Obrador ha cometido el más grave error de su vida política, declarar la guerra, de hecho, a la Compañía de Jesús, el Ejército del Papa y la Iglesia Católica.  

El Estado de cosas se complica al Presidente Andrés Manuel López Obrador por la fuerza adquirida por la Compañía de Jesús con la llegada al Papado de Francisco, el llamado Papa Negro, el primero de esta orden.

A pesar de ser consumado y contumaz animal político, el presidente, pasa por alto que 77,7% de la población mexicana se adscribe como católica, lo cual representó 97,9 millones de mexicanos y votos.

A dos años de la elección presidencial, en un ejercicio de creación de escenarios futuros, podemos adelantar que, el 2 de junio de 2024, Andrés Manuel López Obrador será derrotado por los jesuitas.

Al margen de filias y fobias, basta hacer una simple operación aritmética para fortalecer esta hipótesis con mayor claridad: El techo de votos de AMLO son 30 millones, menos de la mitad de católicos, 97,9 millones.

A este techo histórico, hay que descontar los 10 millones de votos que por consigna del expresidente Enrique Peña Nieto se vieron obligados a sumar los gobernadores del entonces llamado “Nuevo PRI”.

De tal manera que su techo real de votos se reduce a 20 millones que ha ido perdiendo, primero a 16 y, luego finalmente, a 14 millones de votos. Lo que no conseguiría la oposición por sí sola, lo harán los jesuitas.

Los soldados de la Compañía de Jesús, un término de inconfundibles resonancias militares: están dispuestos a ser la fuerza de combate de la Iglesia allí donde sean requeridos. No temen a la muerte.

Tampoco temen ser agredidos, desaparecidos o asesinados por el narcotráfico y el crimen organizado, y para enfrentarles cuentan con el apoyo de grupos armados, algunos “dormidos” en el territorio nacional.

En tales condiciones, México vivirá una nueva etapa de violencia, el de los enfrentamientos entre el narcotráfico y la guerrilla, como ocurrió en la hermana república latinoamericana de Colombia.

En los archivos del Centro Nacional de Inteligencia, que dirige el General Audomaro Martínez, obran expedientes que prueban que fueron fundadores de la guerrilla de la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Interesante es saber que lo hicieron con Ignacio Arturo Salas Obregón, el Comandante “Oseas”, cuando influyeron en los estudiantes del naciente Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

Por la politización de los jesuitas en sectores estudiantiles regiomontanos durante la década de los sesenta y setenta, Ignacio Salas Obregón e Ignacio Olivares Torres, pasaron de ser jóvenes católicos a guerrilleros.

Los jesuitas incentivaron la movilización estudiantil y tuvieron un impacto considerable que permitió establecer en Monterrey vínculos entre estudiantes católicos y militantes de la Juventud Comunista.

Esquema que se replicó en Oaxaca en el caso de los hermanos Cortés Gutiérrez, particularmente Arturo, quien pasó de ser joven católico militante del PAN a fundador del grupo guerrillero Unión del Pueblo.

El Grupo Cultural Netzahualcóyotl originó la Unión del Pueblo en la UABJO y el Partido Obrero Clandestino Unión del Pueblo (PROCUP), hasta evolucionar actualmente a Ejército Popular Revolucionario EPR.

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