El abuelo de un bebé que cayó de un crucero en Puerto Rico se declara culpable

San Juan, Puerto Rico.- Salvatore Anello, el abuelastro de una bebé, de 18 meses, que cayó de sus manos desde una ventana de un crucero en Puerto Rico, se declaró este jueves culpable de homicidio negligente.

Anello, de 51 años, se declaró culpable en una audiencia virtual luego de llegar a un acuerdo con las fiscales de Puerto Rico, Laura Hernández e Ivette Nieves.

Hernández indicó que el acusado sería sentenciado el 10 de diciembre.

De acuerdo con un comunicado del abogado de Anello, el hombre no cumplirá tiempo en la cárcel y su libertad condicional se cumplirá en Indiana, Estados Unidos, donde se encuentra actualmente.

Salvatore Anello dijo anteriormente que retiraría la declaración de no culpabilidad para ayudar a poner fin a lo que llamó «esta pesadilla» para su familia.

LOS HECHOS

Los hechos ocurrieron el 7 de julio de 2019, en el muelle de Panamericano 2 de San Juan (próximo a la zona histórica de la capital). Anello y su familia estaban en el crucero Freedom of the Seas, de la empresa Royal Caribbean, cuando sostenía en los brazos a la bebé Chloe Wiegand cerca de una ventana abierta del piso 11, pero se resbaló de su agarre y cayó desde esa altura.

«Se resbaló. No me di cuenta de que no había ningún vidrio hasta que fue demasiado tarde», dijo Anello en una entrevista con CBS This Morning.

La Fiscalía de San Juan ofreció en diciembre pasado un acuerdo a Anello para que se declarara culpable de homicidio negligente y evitar así la cárcel, a lo que accedió finalmente hoy.

El acusado aseguró en su defensa que pensaba que la ventana permanecía cerrada y que el daltonismo que sufre, que no le permite distinguir colores, provocó la confusión que llevó al trágico desenlace.

Sin embargo, la empresa Royal Caribbean, presentó pruebas con un material grabado, y defendió que el hombre tenía certeza de que la ventana estaba abierta el día en el que ocurrió el suceso.

La familia de Anello durante el proceso legal demandó a la naviera Royal Caribbean al entender que las medidas de seguridad eran deficientes al tener las ventanas abiertas sin previo aviso.

La muerte de la bebé, al presuntamente resbalarse de las manos de su abuelo, conmocionó a la isla y turistas, además de provocar en un primer momento que las autoridades contemplaran la posibilidad de presentar cargos.