La paradoja del cáncer de mama en México: avanza en detección, pero sin tratamiento oportuno

Según el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud la incidencia del cáncer de mama ha ido a la baja en el último año, con un acumulado, hasta la semana 37, de 7 mil 985 casos; una caída de 22.05 por ciento de 2019.
“Vemos que hay muchos esfuerzos de tamizaje, pero es una realidad que muchas campañas no le dan seguimiento a los casos; en ocasiones los resultados finales nunca llegan a la mujer o las mastografías no son interpretadas correctamente”, expresó Julián Ríos Cantú, creador del brasier detector de cáncer de mama.

Ciudad de México, 20 de octubre 2020.- En una sociedad como la mexicana, en donde el machismo y el pudor rigen la vida de un gran porcentaje de la población, la detección tardía del cáncer en mujeres, específicamente el de mama y el cervicouterino, parecía el gran obstáculo a vencer y lo que habría llevado a que ambos padecimientos se convirtieran en la tercera causa de muerte entre las mujeres del país, sólo detrás de las enfermedades del corazón y la diabetes. Sin embargo, hay otros elementos que han impedido detener el nivel de fallecimientos por estas causas.

De acuerdo con el Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se estima que cada día fallecen entre 10 y 12 mujeres por cáncer de mama y aunque la mayor incidencia se da a los 58 años, cada vez es más frecuente encontrar pacientes desde 35 o 45 años de edad.

Asimismo, el 60 por ciento de las pacientes que se presenta a los servicios médicos ya presenta la enfermedad avanzada y su mortalidad es de entre 60 y 80 por ciento en cinco años. “El problema es que el cáncer no es una enfermedad estática. Si uno actúa inmediatamente después de que se detecta, las probabilidades de curación aumentan mucho, pero si no se atiende, rápidamente se pasa a otra etapa”, indicó Alejandro Zentella Dehesa, investigador del IIB.

Sin embargo, según el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud, la incidencia del cáncer de mama ha ido a la baja en el último año, con un acumulado hasta la semana 37 de este 2020 de 7 mil 985 casos, lo que representa una caída de 22.05 por ciento respecto a los 10 mil 245 casos del mismo periodo de 2019, cuando en los dos años anteriores se habían registrados incrementos de 8.53 y de 12.94 por ciento.

De acuerdo con organismos como la Organización Panamericana de la Salud, estas cifras lejos de ser alentadoras podrían ser sólo un reflejo de la desatención que están teniendo los sistemas de salud a las enfermedades crónicas a raíz de la pandemia de coronavirus, pero para Julián Ríos Cantú, creador del brasier detector de cáncer de mama, la falta de tratamiento oportuno de la enfermedad en el país viene de tiempo atrás, echando por la borda el avance que se ha tenido en la detección.

“La mayoría de las mujeres cuando se les dan las oportunidades y los accesos a servicios de salud de calidad, lo toman. Nosotros somos muy críticos de los discursos de políticos que dicen que si se hicieran más mastografías, si se apostara por la prevención, se reducirían los fallecimientos por la enfermedad, pero lo cierto es que la prevención no es hoy el problema de México. El problema es que si a una mujer le detectan el cáncer en etapa temprana, no se lo van a tratar en 6 o hasta en 9 meses, porque no hay medicamentos. En 9 meses, ya no va a ser un cáncer en etapa temprana y además es muy probable que no me lo traten con los medicamentos adecuados, porque el sistema público no los tiene”, indicó Ríos Cantú.

“De qué nos sirve entonces hacer una gran cantidad de mastografías en octubre, que existan tantas campañas de prevención, si al final le diremos a una mujer que tiene cáncer, pero está sola, porque para transportarse de su pueblo al centro de salud más cercano tendrá que recorrer un camino de horas; y si llega, no tendrán el medicamento o no le pondrán el que necesita”, agregó.

Otros de los factores que han limitado una atención oportuna de la enfermedad es que el cáncer se está presentando en mujeres cada vez más jóvenes, que representan el 20 por ciento de los casos, a quienes no se les realizan mastografías. En estos casos, afirmó Ríos Cantú, el cáncer suele avanzar más rápido debido a que hay una mayor cantidad de progesterona y estrógenos, de los cuales el cáncer se alimenta, por lo que se complica con un diagnóstico tardío.

A este respecto, la Organización Mundial de la Salud afirma que los países de ingresos altos han logrado reducir en 20 por ciento la mortandad prematura en los casos de cáncer gracias a programas de prevención, diagnóstico temprano y los mejores tratamientos. En contraste, en los países de bajos ingresos, la mortalidad prematura sólo se ha reducido un 5 por ciento, debido a la limitación que supone para estos países seleccionar tratamientos en función de diversos criterios, como su costo, viabilidad y eficacia.

“Vemos que hay muchos esfuerzos de tamizaje, pero es una realidad que muchas campañas no le dan seguimiento a los casos; en ocasiones los resultados finales nunca llegan a la mujer o las mastografías no son interpretadas correctamente. El tiempo promedio que tarda una mujer en recibir el diagnóstico puede ser de hasta 3 meses y si a eso se le suman los 9 que tardan en recibir la atención, pasará un año en que la enfermedad seguirá evolucionando. Esto es en lo que debemos trabajar, en reducir esos tiempos”, concluyó el emprendedor.

EMPRENDIMIENTO VS. CÁNCER

Julián Ríos Cantú llamó la atención de la opinión pública en 2017 cuando con apenas 18 años creó un brasier con 200 biosensores que miden la temperatura de los senos y permite detectar el cáncer de mama de una manera rápida, indolora y respetando la privacidad de la paciente.

Su motivación fue su madre, quien ha sobrevivo al cáncer de mama y de tiroides, y su abuela, quien falleció a causa de este padecimiento

Tres años después, el joven emprendedor ha dado los primeros pasos para crear una red de centros de detención temprana del cáncer de mama y otras enfermedades denominado Eva, y ya cuenta con unidades en la Ciudad de México, Monterrey, Puebla y Tlalnepantla, donde han atendido a más de 10 mil mujeres.

Con la experiencia que le ha dado el trato diario con las pacientes ha identificado diversas necesidades relacionadas con la enfermedad, por lo que en sus centros dan acompañamiento psicológico para la paciente y su núcleo familiar, así como asesoría nutricional y en tratamientos paliativos.

Asimismo, en alianza con Pan-American Insurange, ha creado un seguro colectivo indemnizatorio que busca convertirse en una opción para aquellas mujeres que no pueden costear un seguro de gastos médicos mayores o que, aunque cuenten con seguro social, buscan garantizar una atención expedita si es que son diagnosticadas con cáncer de mama, cervicouterino u ovárico.

Recientemente Eva logró captar 3.3 millones de dólares en una ronda de inversión, a través de fondos de Silicon Valley, como Kaszek Ventures, Y Combinator, Khosla Ventures y Hummingbird Ventures, donde participan figuras como Aston Kutcher, Leonardo DiCaprio y Tony Robbins.

Estos recursos, que se suman a otros 10 millones obtenidos en una ronda previa, servirán para financiar la expansión de los centros Eva en toda la República Mexicana e incluso se prevé que la empresa pueda abrir sus primeras unidades en Brasil y Argentina.